Un riesgo país bajo no basta

Columnistas, Opinión

El gobierno de Daniel Noboa ha conseguido una mejora destacada en un indicador clave: el riesgo país se situó el jueves 3 de julio en 797 puntos, su valor más bajo desde enero de 2022. Esta reducción ha sido alabada en los medios como una señal de fortaleza, y sin duda favorece el acceso a financiamiento externo al bajar los costos por el pago de intereses. No obstante, este logro, por sí solo, no equivale a una recuperación económica real. El riesgo país simplemente mide la confianza de los acreedores en la capacidad del Estado para honrar sus obligaciones, permitiendo un mayor endeudamiento, pero no garantiza que esos recursos se orienten a impulsar la economía y mejorar las condiciones sociales.

Mientras el riesgo país baja, otros indicadores revelan un panorama preocupante. La pobreza aumentó, ya que, para enero de 2025, el 28 % de la población se encuentra en situación de pobreza, un incremento respecto al 26 % del año anterior, mientras que la pobreza extrema subió del 9,8 % al 12,7 %. Asimismo, el empleo informal alcanzó récords, llegando al 58 % a finales de 2024 y rozando el 56 % a inicios de 2025. En este contexto, el Producto Interno Bruto del país se contrajo en un 2 % en 2024, lo que significa menos ingresos para las familias y menos ventas para las empresas del sector privado.

Para lograr un crecimiento sostenible, el gobierno debería canalizar recursos hacia infraestructura esencial, especialmente energía y transporte, para evitar apagones y estimular la inversión. También es necesaria la creación de leyes que faciliten el emprendimiento, y se debe diseñar una estrategia fiscal que mejore los ingresos de las familias y motive el consumo, para combatir la pobreza sin frenar la actividad productiva.

Un riesgo país bajo es una oportunidad, no un fin. Si esos recursos no se traducen en inversión productiva, seguridad ciudadana y mejoras sociales, seguiremos con un indicador “favorable” y una economía debilitada. Es hora de que la agenda económica del gobierno avance más allá de la estabilidad financiera y se enfoque en el bienestar de la población. (O)

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