Revuelta financiera a la vista

Columnistas, Opinión

En las regiones proclives a inundaciones, terremotos, incendios forestales, tornados y huracanes, está gestándose una de las mayores crisis financieras, por la vulnerabilidad de las aseguradoras y de los bancos, así como por la dificultad de los propietarios de inmuebles de pagar las primas y los préstamos. La contratación de un seguro para cubrir esos fenómenos naturales es obligatoria para la obtención de un préstamo bancario. La prima es demasiado alta. A ello se suman los intereses de la deuda bancaria, con la particularidad que los inmuebles en esas zonas tan expuestas no tienden a revalorizarse sino a depreciarse, por lo que sus propietarios se ven obligados a pagar elevadas primas e intereses sobre inmuebles con un valor bajo en el mercado de bienes inmuebles. 

Si las pérdidas de las aseguradoras y los bancos que operan en esas regiones son tales que afectan su capacidad de funcionamiento, el efecto crítico podría trasladarse más allá de las regiones en riesgo. Algunos analistas consideran que podría tener un alcance parecido a la crisis del 2008. Otros, por el contrario, estiman que, en las economías desarrolladas, tanto los bancos como las aseguradoras podrían absorben las pérdidas billonarias, de tal modo que no colapse el sistema completo. En todo caso, en Estados Unidos, en Gran Bretaña, en Canadá, en Australia y en los países de la Unión Europea, se ha abierto un intenso debate sobre el tema, ante la recurrente presencia de fenómenos naturales con la capacidad de destruir inmuebles en zonas urbanas y rurales. 

Un problema paralelo es que a los compradores de inmuebles en esos lugares de riesgo les resulte difícil la obtención de préstamos, por el alto costo de los seguros y de los intereses, que el mercado inmobiliario pierda su dinamismo.

En Ecuador no es un motivo de preocupación la posibilidad de una crisis financiera por las causas que ahora preocupan a regiones expuestas a fenómenos naturales desde California hasta Italia, donde el mercado inmobiliario gira alrededor de los seguros y los préstamos bancarios. Areas importantes de nuestro  país son proclives a terremotos, inundaciones e incendios forestales. Los tornados y los huracanes no son, afortunadamente,  una amenaza recurrente. Que no haya señales preocupantes financieras, garantiza que haya tranquilidad en el mercado inmobiliario nacional en esos lugares con riesgos.  (O)

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