Redes de Contrabando y Narcotráfico: Principales Actores del Paro 

Columnistas, Opinión

El paro nacional que se desarrolla en Ecuador, convocado  por la dirigencia indigena (Conaie), tiene como detonante la eliminación del subsidio al diésel. Lejos de entender que el tema de los subsidios es algo que viene haciendo mucho daño a la economía;  nuevamente empujan al pueblo indígena  a calendar las calles y atentar contra la propiedad privada. Tampoco entienden que en democracia, todos los reclamos son legítimos, pero también es necesario plantear alternativas viables, como pedir una mejor focalización de los subsidios

En este contexto, el contrabando y el narcotráfico actúan como actores ocultos pero decisivos, aprovechando vacíos institucionales para consolidar operaciones ilícitas.

La eliminación del subsidio al diésel, de USD 1,80 a USD 2,80 por galón, generó reacciones inmediatas principalmente en el sector indígena. Se registran bloqueos en carreteras, tensiones sociales, y una respuesta estatal marcada por estados de excepción y operativos militares. Estas circunstancias crean un entorno propicio para que redes ilícitas operen con mayor libertad.

Ecuador ha sido históricamente vulnerable al contrabando de combustibles por sus subsidios y fronteras porosas. Durante el paro, la reducción de controles aduaneros y la escasez en mercados internos permiten a las redes intensificar el tráfico de combustibles hacia Colombia y Perú.  Así Tambien es necesario destacar que Ecuador ha pasado de ser un país de tránsito a un espacio estratégico para la producción, acopio y exportación de drogas. Durante el paro, el enfoque de las fuerzas del orden en la contención de protestas facilita el movimiento encubierto de cargamentos ilícitos, el control territorial de corredores estratégicos y la infiltración social por parte de grupos criminales.

Aunque contrabando y narcotráfico son actividades diferentes, comparten rutas clandestinas, logística y objetivos cuando el Estado está debilitado. En el paro actual, ambos actores aprovechan el caos institucional para intensificar operaciones y generar ingresos extraordinarios.

El impacto económico incluye pérdidas fiscales significativas, distorsión del mercado formal e incertidumbre para la inversión. 

El paro no es solo una disputa sobre subsidios, sino un escenario en el que estructuras ilícitas fortalecen su poder económico y territorial. Para revertir esta tendencia, se requiere una estrategia integral que combine control territorial, justicia efectiva, reordenamiento de subsidios e inclusión social. Será que los dirigentes indigenas proponen alternativas de solución; parece que no; el problema es mas politico que económico. (O)

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