Recuperar valores que nos definen

En los últimos años hemos perdido el enfoque de lo que es realmente importante; la conexión real entre personas y no únicamente a través de las pantallas; el amor incondicional y desinteresado, sin esperar nada a cambio; la solidaridad auténtica y no como una forma de jactarnos ante los demás. Hemos olvidado lo esencial, aquello que nuestros antecesores cultivaban con tanto esmero como la unión familiar, el trabajo en equipo, la cercanía con la tierra y la transmisión de buenos hábitos de generación en generación.

El único camino para recuperar esas costumbres que fortalecen a la sociedad comienza en nosotros mismos y, sobre todo, en nuestras familias. Es allí donde se siembran las bases para formar ciudadanos cultos, educados, amables y conscientes. Como ambateños, debemos recordar con orgullo que nuestra identidad siempre ha estado ligada a esos valores, a ese carácter noble que nos distingue.

Hoy, más que nunca, es nuestra responsabilidad transmitir estas enseñanzas a nuestros hijos. Educar no es solo instruir en conocimientos, sino enseñarles a ser personas de bien, con amor por la cultura, el arte y la patria, comprometidos con su desarrollo y con el de la comunidad. Los niños aprenden del ejemplo y de su entorno; por eso, debemos brindarles espacios seguros donde sientan confianza, encuentren apoyo en la familia y reconozcan que la verdadera fortaleza está en la unidad.

Una ciudad que cultiva estos principios se convierte en una sociedad colaboradora, solidaria y orgullosa de su gente. Si mostramos con nuestras acciones la importancia de la ayuda mutua, de la empatía y de la solidaridad, estaremos asegurando que las futuras generaciones vivan en un lugar caracterizado por la cultura, los altos valores, la innovación y el emprendimiento.

Enseñemos, entonces, a nuestros hijos que los valores no son palabras vacías, sino cimientos sobre los que se construye el futuro. Solo así podremos garantizar que nuestra ciudad siga siendo una tierra de familias orgullosas, de ciudadanos íntegros y de seres humanos que aman profundamente la vida y trabajan cada día por una sociedad mejor. (O)

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