«¿Quién Controla la Verdad?»

Columnistas, Opinión

Cada 3 de mayo, el mundo se detiene para reflexionar sobre uno de los pilares fundamentales de toda sociedad democrática: la libertad de prensa.  Es un día para honrar a quienes han entregado su vida por defender la verdad y garantizar el derecho de todos a estar informados.

A la vez, es un llamado urgente a proteger ese derecho en un contexto global cada vez más complejo y amenazante.

La revolución tecnológica encabezada por la inteligencia artificial ha traspasado los muros de las aulas y ha llegado hasta las salas de redacciones y las salas de edición de diferentes medios de comunicación. Ha transformado radicalmente la manera en que se genera, distribuye y consume la información. Pero esa transformación, que en principio prometía eficiencia, accesibilidad y democratización, está dejando múltiples interrogantes éticos y desafíos que ya no podemos ignorar.

Porque si bien la inteligencia artificial puede agilizar procesos periodísticos, ampliar el alcance de las noticias y facilitar el acceso al conocimiento, también tiene el poder de desfigurar la realidad. Los algoritmos, diseñados para maximizar clics y captar atención, premian la viralidad por encima de la veracidad. Invisibilizan voces críticas, y priorizan la emoción sobre el análisis. En esta nueva era, no siempre lo más visible es lo más real.

La paradoja es evidente: la misma tecnología que puede fortalecer el periodismo puede también erosionarlo desde sus cimientos.

En esta fecha, 3 de mayo, proclamado como el Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1993, por la Asamblea General de las Naciones Unidas.  Nos permite recordar la vida de miles de periodistas que han sido asesinados por alzar su voz y decir la verdad frente a actos de corrupción e impunidad.

El deber de los Estados no es solo conmemorar sus nombres: es proteger activamente a quienes hoy siguen ejerciendo el oficio en contextos de alto riesgo. Eso implica identificar amenazas, advertir oportunamente, implementar medidas específicas de protección y responder con eficacia ante cualquier señal de peligro.

Hoy, más que nunca, debemos preguntarnos: ¿será la inteligencia artificial una aliada para construir una sociedad más informada, o será la arquitecta silenciosa de un nuevo orden donde la verdad es moldeable, y el silencio, programable?

La respuesta a esa pregunta definirá no solo el futuro del periodismo, sino también el de nuestras libertades más básicas. (O)

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