Quién asume la factura

Columnistas, Opinión

Con la eliminación del subsidio al diésel, ha comenzado a escalar peligrosamente la violencia, la imposición, el, egocentrismo y por supuesto las perdidas. Si bien esta decisión es macroeconómicamente muy técnica, justa y necesaria, empero la posición radical de culpar al otro de todo tampoco es lo correcto. La pregunta que nos hacemos los 18 millones de ecuatorianos es ¿Quién asumirá el pago de la factura? de los daños y perdidas humanas, materiales y económicas que nos dejara esta secuela de manifestaciones, paros, marchas, protestas, que no permiten la libre movilidad de personas, productos, servicios, del lucro cesante de quienes no pudieron abrir oportunamente sus locales o hacer envíos como proveedores de materia prima e insumos de fábricas, comercio, industrias.

Por el lado gubernamental bajo la premisa de escaso dialogo y responsabilizar de todos los males a gobiernos anteriores, a gremios, movimientos o sociedad, no conseguirá mucha gobernabilidad en el tiempo, solo revisemos la credibilidad presidencial que inicio con 55% (mayo 2025) y tres meses después ya está en 45% (agosto 2025), perdiendo 10 puntos en tan solo 90 días de gestión. Los movimientos sociales, sindicales, obreros e indígenas pasan por uno de los peores momentos por la mínima credibilidad hacia sus dirigentes, la nula estrategia para hacer una verdadera protesta social con altura y debate más bien está causando más violencia en el país. 

Donde esta la academia con sus investigaciones o vinculación que conlleven a solucionar problemas de seguridad, salud, empleo, pobreza, bienestar social, donde están sus conversatorios, simposios, foros, seminarios, congresos para debatir, presentar propuestas, modelos en los ámbitos más argüidos de la sociedad, es preocupante el silencio que guardan las carreras de derecha, periodismo, economía, sociología, filosofía, antropología quienes son los llamados a intervenir técnica y científicamente en la posible solución a estos problemas. Donde están los colegios de profesionales de abogados, economistas, periodistas, administradores. Creo que es momento de darlos un baño de verdad y culpa, para reaccionar de inmediato y promover el dialogo nacional.

Es hora de que la Asamblea Nacional no solo se ocupe de la parte legislativa a la carta, sino también de la fiscalización, que las otras funciones del estado actúen con total celeridad y eficacia en sus dictámenes jurídicos, electorales, de participación ciudadana y control social y selección de los mejores profesionales para cargos de alta responsabilidad nacional. Ahora que acudiremos a las urnas al referéndum y posiblemente a elegir a los asambleístas constituyentes, con madurez social y electoral no nos dejemos llevar por pasiones, simpatías, antipatías, números, colores y demos el voto a quienes de verdad conocen de los temas a tratar y sobre todo que sean ciudadanos con gran experiencia profesional, ética, moral, un ejemplo en la sociedad. (O)

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