Patrullaje entre las sombras

La tensión no siempre se anuncia con sirenas. A veces camina lenta, invisible, por las calles agrietadas de la ciudad. Así fue la jornada del 16 de junio en el circuito San Antonio, donde los uniformados se desplegaron con una misión clara: hacer sentir que el Estado sigue presente.
Durante horas, la patrulla recorrió varios puntos marcados en rojo por los mapas de criminalidad: Áreas con Problemas Crónicos (APC) y Áreas de Concentración de Violencia (ACV). Calles que, al caer la tarde, suelen hablar en susurros y mirar con recelo a los extraños. Lugares donde el miedo se ha vuelto costumbre y la desconfianza, un reflejo automático.
Sin embargo, esta vez no hubo balas ni huidas. No hubo alarmas ni detenidos. Solo el ruido constante de las llantas, las miradas discretas desde las ventanas y la autoridad recorriendo terreno, como queriendo decir “aquí estamos”.
La jornada terminó sin novedades, pero con un mensaje claro: la presencia policial no solo busca intervenir en el caos, sino anticiparse a él. A veces, el simple hecho de patrullar es una forma de resistencia. (I)