Paro sin apoyo / Editorial

Editorial, Opinión

     Ha sido claro el presidente Daniel Noboa en que no retrocederá ante la eliminación del subsidio al diésel, dada, la problemática social de algunos infiltrados en el paro nacional, donde su epicentro ha sido la provincia de Imbabura, sitio afectado por la falta de insumos en salud y desabastecimiento de productos de primera necesidad. 

   En buena hora, el discurso en el pleno legislativo de algunos asambleístas nacionales, representantes de Tungurahua, confirma la falta de apoyo hacia los líderes indígenas, quienes han venido amenazando con tomarse Quito, donde, el domingo pasado se evidenció, en ciertos sectores de la capital, cómo las marchas y las protestas han ido bajando de tono. 

   Es importante destacar el compromiso de otras autoridades como alcaldes y prefectos en que, paralizar ciudades y provincias, no es una opción, dado a que el sector productivo espera mantener las jornadas laborales tranquilas para reactivar la economía nacional, ya que, ésta, se ha visto afectada por anteriores protestas como pasó en el 2019 con un estallido social que desencadenó en pérdidas millonarias; no se diga lo mismo en el 2022.

   La Conaie debe analizar un diálogo óptimo con el Poder Ejecutivo; las amenazas y la toma de espacios públicos deben parar. La gente quiere trabajar en paz y honradamente. No es justo la violencia en las calles con personas infiltradas que pinchan llantas, intimidan a comerciantes y los obligan a cerrar sus puestos de trabajo. ¡Basta de promover y fomentar paralizaciones que solo afectan al dinamismo de la economía nacional! (O)

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