Nuestro electromagnetismo

“La vida es una infinita e inteligente interacción de energías electromagnéticas transportadas por sustancias químicas” pero ¿Qué hace que podamos parpadear, movernos, mirar, pensar, sentir, poseer tantas facultades motoras, sensoriales y muchas más? ¿Qué hace que nuestro sistema inmunológico, nuestro metabolismo, nuestras emociones, funcione adecuadamente de acuerdo a las necesidades de cada circunstancia en nuestra vida? ¿Por qué no se nos agota repentinamente nuestra energía para tales desempeños? Y es que tenemos varias fuentes que nos proporcionan ésta que, si sabemos la importancia y la fuente de cada una de ellas, les daremos el cuidado que merecen. A nivel individuo, la “calidad electromagnética” determina su salud, su vitalidad, su equilibrio emocional, su longevidad e incluso su éxito en la vida. También gobierna marcadores biológicos, como la capacidad aeróbica, niveles de antioxidantes, umbral auditivo, presión sanguínea, regulación de la glicemia, grasa corporal, densidad ósea, niveles de lípidos y colesterol, niveles hormonales, función inmunológica, actividad metabólica, masa muscular, fuerza muscular, espesor de la piel, regulación de la temperatura, umbral visual, espesor de la piel, entre otras. Quizá la parte más material que vemos todos podría haber utilizado la red energética como molde para dar soporte funcional a nuestro organismo.
Por lo menos seis son las fuentes más importantes de energía electromagnética que, por hoy, mencionaremos dos, la energía del entorno y el aire. Alrededor nuestro fluye el campo magnético terrestre, además del sol, la luna, y el resto de planetas, etc. El desarrollo de la tecnología ha generado emisiones energéticamente dañinas para la vida por las cercanías del campo emisor (cables de alta tensión, microondas, frigoríficos, televisores, ordenadores, celulares y más). Otra es el aire reflejado en la respiración, la relación entre iones cargados negativamente y positivamente debe ser lo mayor posible (es de ~ 3 en el campo o montaña y ~ 1/500 en ciudad), y no está relacionado de un modo exacto con el porcentaje de oxígeno y anhídrido carbónico en al aire. Se ha demostrado científicamente que atmósferas con elevada polaridad de carga negativa favorecen el crecimiento de plantas y animales superiores, mientras que impide el desarrollo de bacterias y virus patógenos. También mejora el metabolismo, las funciones intelectuales y la estabilidad emocional, por un aumento de serotonina. En cambio, cuando hay pocos iones cargados negativamente aumentan las posibilidades de infecciones, alergias, letargos y problemas emocionales como depresión o ansiedad. Se ha descubierto que hay una cuarta parte de la humanidad cuyos sistemas nervioso, hormonal y respiratorio son muy sensibles a la pérdida de electricidad estática del aire. Los iones cargados negativamente se originan a partir de la interacción entre el aire y las radiaciones cósmicas, contrariamente a los iones cargados positivamente fruto de la radiación derivada de la tecnología y contaminación o productos químicos volátiles en el aire que son moléculas grandes, pesadas e inertes. Otras fuentes de energía y su fascinante repercusión en la salud y el manejo electromagnético de la Acupuntura seguiremos analizando la próxima semana. (O)