No quieren y no pueden entender

En la coyuntura actual existen problemas socioeconómicos que en su mayoría son comprensibles y de fácil explicación. Por este motivo, cuando escuchamos decisiones torpes, con falta de criterio y tomadas al apuro como medida parche, solo demuestran la desconexión con la realidad que atraviesa el país. Además, el llamativo razonamiento de los intrépidos debe invitar a la sociedad a reflexionar y a cuestionarlos: ¿no quieren o no pueden entender?
Lo primero que tiene que estar presente para desarrollar cualquier tipo de actividad es la decisión de “querer”; es simple, se quiere o no. El ser humano es el resultado de años de continuo aprendizaje y del cúmulo de experiencias. Y, como cimiento base del desarrollo del pensamiento, es imprescindible la voluntad de querer aprender y el deseo interno de indagar, que resulta en el descubrimiento de ideas y nuevos objetos.
Por otro lado, hay sutiles diferencias entre el querer y la predisposición para aprender. Porque pueden existir personas que quieren descubrir con un deseo ferviente, pero se limitan cuando encuentran barreras como los prejuicios. Esto indispone la mentalidad de quien busca el conocimiento y la verdad. No obstante, la sociedad se ha basado en ideas preconcebidas, exacerbando el ímpetu de gobernantes que en múltiples ocasiones han iniciado guerras, masacres, genocidios por el desprecio a religiones, culturas, ideologías y sistemas económicos diferentes.
También existen casos donde los individuos adolecen de patologías y trastornos médicos, lo que ocasiona la disminución de sus capacidades intelectuales. La medicina en los últimos años ha dado pasos agigantados, permitiendo comprender diferentes enfermedades e incluso curar o aliviar la pérdida de habilidades cognitivas. Para esto es importante un diagnóstico a tiempo y la asesoría de un profesional especializado.
Con el objetivo de resolver las diferencias sociales, los ciudadanos deben tener una actitud abierta y la voluntad de aprender. Desterrar del pensamiento los prejuicios y barreras, que son características de mentes estrechas y renuentes a la empatía que debe existir entre miembros de un colectivo. Recordemos siempre que “el deseo de aprender es la más noble de las cualidades humanas” (Aristóteles). (O)