‘Mono’ Abalde, referente y gloria celeste

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Uno de los jugadores que quedó en la historia de Macará, de la época de los años 80, considerado el mejor equipo de todos los tiempos e inscribió su nombre, es el uruguayo Rodolfo Abalde Echenique, quien concedió una entrevista para conocer su historia.

¿Cómo se dio su vinculación a Macará?

Yo llegué de Morelia Michoacán, México, en agosto de 1985 a Ecuador, a los 30 años de edad, jugué en América de Quito por 2 años. En 1987 me vinculé a Macará a los 32 años edad, mediante un contacto de Manolo Holguín conjuntamente con Pedro Calvache hasta 1989.

¿Quiénes fueron sus compañeros y quién le dirigió?

Muchísimos durante esos años, pero el mejor fue el equipo del 88, donde compartí con Germán Leguía, Juan Martín Caballero, ‘Coco’ Cevallos, Geovanny Mera, ‘Gallo Fino’ Rómulo Sánchez, Teodoro Jauch, ‘Bum Bum’ Valencia, Juan Carlos Suárez, Milton Rodríguez, ‘Cacho’ Alvear, ‘Flaco’ Buenaño, Guaigua y otros. Tuve como técnicos a Juan Araujo, Carlos Sevilla y Carlos Morales.

¿Qué recuerda del Macará del 88?

Tengo muchos recuerdos de una gran institución, sobre todo de la hinchada con el apoyo incondicional, compartir con buenos dirigentes y aportar con mi experiencia, ya que vine jugando en Atlético Español de España y en Morelia Michoacán de México. El mayor recuerdo es la hinchada y los buenos amigos.  

¿Si fue el mejor equipo de la historia, por qué no se obtuvo el campeonato?

Fueron por vicisitudes de la vida y de la política por intereses creados. Todos los equipos, entre ellos, Barcelona SC, Emelec, El Nacional, Liga de Quito dijeron Macará se va a la Copa. Tuvimos un partido fundamental con Deportivo Quito, en la capital e íbamos ganado 2-0, pero faltando 5 minutos, hubo ‘guante negro’. El ‘Melloco’ Ruales, árbitro, nos cobro un penal que no fue, luego en los segundos finales nos empataron y clasificaron ellos y nos quedamos con las ganas de pasar a la siguiente ronda.

¿Cómo salió el apodo del ‘Mono’ y en qué posición jugó?

Yo vine a jugar como volante, pero en la cancha de tierra de Ingahurco, el profe Juan Araujo me preguntó si me gustaría jugar de líbero y lo hice, ya que era polifuncional en Peñarol, El Nacional y la Selección de Uruguay. Me quedé como líbero hasta mi salida en 1989.

El apodo del ‘Mono’ nació en Uruguay conjuntamente con mi compañero de juego que lo apodaban ‘Tantor’, nombre del elefante de Tarzán y yo me quedé con ‘Mono’ (risas). ‘Tantor’ Fernando Morena fue un goleador con Peñarol y de la Selección con quien compartimos equipo. En América de Quito, me pusieron ‘Samurái’, Roberto Machado y Fabián Gallardo, pero me quede como ‘Mono’.  

¿Qué recuerda de los Clásicos Ambateños?

Lo que me dejó es que la camiseta de Macará era celeste, como la de Uruguay. Siempre tuve en mi mente la camiseta de Uruguay, eran partidos que se jugaban al 100% que nadie quería perder. Se puede perder con cualquiera, pero menos en un Clásico. Mirar un estadio lleno, yo me decía ‘Mono’ no puedes fallar a esa gente y no lo hacía. Jugábamos los Clásicos sin concentración como se lo hace en la actualidad, un día antes. Nos concentrábamos en la casa, 7 de la noche, tipo 10 a 11 el técnico con su asistente pasaba de casa en casa viendo si estábamos concentrados. Toda la hinchada me respetaba y saludaba tanto como la de Macará como la de Técnico Universitario, todo eso me llevo y tengo presente, había un gran respeto.  

¿Cómo se vivía y manejaba el camerino?

Recuerdo a personajes como Galo Freire y Julián Escalante, quienes preparaban el vestuario. Yo era el primero que me vestía, calentaba y hablaba solo motivándome. Luego llegaba German Leguía y el resto de jugadores y seguía la motivación. Yo me arrodillaba con el balón en mi nuca y todos ponían la mano sobre el mismo y gritábamos: ¡A qué venimos, a ganar! ¡Tres rases por Macará, ras, ras, ras Macará!, ese era nuestro grito de guerra y salíamos a la cancha. Teníamos siempre en mente no perder y ganar siempre, sobre todo en casa.   

¿Por qué salió de Macará y dónde se retiró?

Yo salí de Macará en 1989 por problemas económicos que no se pudo arreglar mi continuidad y pasé a Delfín SC, donde culminé mi carrera, en 1991, a los 39 años de edad. Sumado a que tenía una lesión.  

¿Cuál es ese mensaje a la hinchada?

Simplemente agradecimiento a esa linda gente que entró a mi corazón, a la gente del fútbol que me dejó grandes amigos. Me dejó la felicidad de tener amigos y ser reconocido por todos. Hasta hoy cuando camino por las calles, todos me saludan. Nunca se ensució mi nombre y no se ensuciará. Gracias a todos por el cariño, señaló el ‘Mono’ Abalde.  

En la actualidad ‘Mono’ Abalde, a sus 71 años de edad, está radicado en Ambato 40 años, sigue jugando fútbol con los  Amigos de Bendita Pelota liderados por el doctor Luis Rosales, donde se reúnen con varios ex jugadores con los que compartió vestuario y con rivales cada fin de semana en la época de gloria del fútbol ambateño, haciendo lo que más ama, jugar futbol. (D)

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