Lectura con Valor: Una Semilla para la Sociedad del Futuro

Columnistas, Opinión

En un mundo colmado de estímulos inmediatos, donde los dispositivos sustituyen la creatividad y la imaginación, se vuelve urgente rescatar un hábito transformador: la lectura con valor.

Leer no es solo una actividad académica. Es un acto que fortalece y construye a la humanidad a través del pensamiento vivo, una oportunidad de sembrar ideas, formar criterios con convicción, despertar la sensibilidad y expandir la visión hacia todo lo que nos ofrece el mundo. Cuando un niño o adolescente se conecta con un libro de contenido significativo, está desarrollando mucho más que el lenguaje: está formando su carácter.

Impulsar la lectura de no ficción desde temprana edad, no solo fortalece las habilidades cognitivas, sino que también permite recuperar principios esenciales como el respeto, la empatía, la responsabilidad y la honestidad. Valores que, lejos de ser abstractos, son pilares que sostienen la convivencia y la armonía social.

Los libros que nutren, que despiertan la reflexión y que siembran propósito, se convierten en aliados silenciosos para una humanidad más pensante, más consciente y menos manipulable. Por ello, como sociedad, debemos priorizar el acceso a contenidos que eleven, que inspiren, que enriquezcan el alma.

Leer con sentido es, en esencia, un acto de libertad. Es permitir que la mente se expanda y explore sin límites y que el corazón reconozca lo esencial. Es formar ciudadanos íntegros, capaces de discernir, cuestionar y construir.

Hoy más que nunca, apostarle a la lectura de valor en nuestros niños y jóvenes, es apostar por un futuro más digno, más humano y profundamente más justo. Por lo tanto, como adultos y padres tenemos la responsabilidad de entregar este legado a los futuros ciudadanos que gobernarán nuestra Sociedad. (O)

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