LATAM y Mujica

En Latinoamérica (LATAM), han existido presidentes realmente increíbles, unos buenos, otros no tanto, hemos tolerado dictaduras de las peores y lo más triste es que continuamos haciéndolo en pleno siglo XXI. Sin embargo, en mi opinión personal, Pepe Mujica ha marcado una huella imborrable de cómo debería ser reflejada la política en la sociedad y, esto es, a través del servicio. Si, el servicio, el verdadero servicio a su comunidad que lo eligió como Presidente; Mujica, que fue el ex Presidente de Uruguay desde el 2010 hasta el 2015, fue considerado extrañamente como el “Presidente más pobre del mundo” y digo extrañamente porque los valores morales que este gran personaje tenía y nos deja como reflexión no le hacian abolutamente para nada pobre, al contrario, le enriquecieron impresionante e incalculablemente.
Mujica abogaba frecuentemente por políticos que se den cuenta de la necesidad que tiene su pueblo, es decir, él confirmaba que “no hay que entrar en política para hacer- “negocios”- ni para vivir mejor: hay que alinearse con la causa de los ciudadanos”, para él ese fue el propósito fundamental de generar política en un territorio, pensar en los demás, creer que se puede impulsar procesos de bien común, vivir modesta pero cómodamente con lo suficiente como para entender el principio que tanto hace falta hoy en política sobre la equitativa redistribución de la riqueza, sin posiciones absurdas de comunismo, socialismo, extrema izquierda o extrema derecha que plantea una imperiosa necesidad de concebirle al dinero por sobre el ser humano, sino más bien una posición aceptable socialmente que se llama servicio, al entender los políticos este básico principio aprenderán a hacer verdadera política en bien común, sirviendo a su pueblo que lo eligió y procurando impulsar mejores oportunidades para todos en igualdad de condiciones.
“Pobre es el que necesita mucho para vivir, nunca tiene suficiente porque nunca se conforma con nada, siempre quiere más de lo que alcanza a tener” era una de las frases más repetitivas de Mujica.
Este gran ser humano y líder político latinoamericano, tuvo una vida difícil, en 1960, fue uno de los fundadores del movimiento Tupamaro, una guerrilla que se levantó para luchar en contra de la dictadura en Uruguay que duró desde 1973 hasta 1985, período muy conflictivo socialmente, ya que el Estado marcó la ausencia de derechos constitucionales, la disolución del Parlamento de este país, había prohibición de organización social a través de partidos políticos, la ilegalización de los sindicatos de trabajadores y medios de prensa, la intervención en todos los niveles educativos, el terrorismo desde el autoritarismo estatal que implica persecución, encarcelamiento, tortura y desaparición forzada de opositores al régimen de esa época. Difícil vivir en una dictadura, la historia nos cuenta que en aquella época no sólo Urugay sufrió este absurdo e inefectivo e indolente régimen, sino a la vez otros países de Latinoamérica como Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile, dictaduras que sostenían que las Fuerzas Armadas debían garantizar la permanencia de la seguridad nacional, caracterizada para promover la ampliación del campo de acción de los militares, como supuestos garantes de la seguridad interna.
Pepe Mujica donó la mayor parte de su salario como Presidente de Uruguay a la caridad, vivia en una granja y conducía un antiquísimo VW Beetle azul claro (pichirilo muy clásico), a pesar de ostentar el cargo público más importante de su país. Mujica vivió claramente una vida sencilla pero en paz y con profundas y serias convicciones. “Para vivir se necesita libertad, y para tener libertad, se necesita tiempo, aprendamos a valorar el tiempo que nos queda, ese tiempo el dinero no lo puede comprar”, decía.
Luego de haber sido Presidente de Uruguay “Pepe” como lo conocían la mayoría, criticó la desigualdad social y la violación de los derechos humanos, oponiéndose rotundamente a las dictaduras de izquierda como la de Nicaragua y Venezuela; a pesar de estar activo políticamente con sus discursos y valiosas reflexiones, jamás incidió en el odio o en la división social, más bien recordaba a todos que “la única libertad que existe está en nuestra mente, si no la usamos no seremos libres jamás”. Pepe murió el pasado 13 de mayo del 2025, lo recordaremos como uno de los personajes latinoamericanos más sensible en política; él fue un gran líder. (O)