¡La vida nos habla de mil maneras!

En la actualidad debido al sistema de vida acelerado que se lleva y el estrés constante, se está perdiendo el contacto con uno de nuestros principales aliados, que es nuestro cuerpo; el que en muchas ocasiones nos da señales que podrían estar indicando desequilibrios físicos, metales psicológicos y emocionales dentro de nuestra vida. Nuestro cuerpo nos habla de mil maneras, pero lastimosamente no lo escuchamos.
Algo importante que debemos tomar en cuenta es nuestra salud; siendo fundamental escuchar y prestar atención a lo que el cuerpo nos dice; pues nuestro cuerpo habla, y lo hace a través de síntomas o malestares como una manera de expresar lo que la mente o las emociones no pueden enunciar conscientemente. A menudo pensamos que los síntomas son por algo físico y no nos detenemos a pensar que puede deberse a una carga emocional; todo eso puede ser el eco de emociones no procesadas o en ocasiones nos mantenernos en silencio lo normalizamos y aprendemos a callar, sin pensar el grave daño que estamos causando a nuestro cuerpo. Cuando las emociones no se expresan se van quedando en rincones y empiezan a hablar por nosotros a través del insomnio, ansiedad, o diversas enfermedades; el cuerpo humano es un sistema complejo que constantemente comunica lo que necesita, pero muchas personas no ponemos atención y seguimos con nuestra vida; cuando todo está en equilibrio nos sentimos con energía, concentrados y emocionalmente estables, pero cuando algo no marcha bien, el cuerpo comienza a enviar señales sutiles como: dolores de cabeza, tensión muscular, fatiga persistente, alteraciones del sueño, cambios en el apetito, cambio de humor, entre otras.
¡El momento en el que tu cuerpo intenta decirte algo, escúchalo!, el cuerpo no está en tu contra, lo único que hace es que está tratando de ayudarte a sanar, y debemos tener muy en cuenta algunas señales que nos podrían estar indicando un desequilibrio cuando se presentan: es común escuchar que aparece o se siente un dolor de espalda, el cual puede deberse por cargar responsabilidades o emociones; los diversos cambios bruscos de humor pueden estar vinculadas a desequilibrios hormonales; la falta de sueño, a situaciones emocionales no resueltas; un dolor en el estómago, al miedo o ansiedad que presentamos; dolores en los músculos como espalda, hombros o cuello, están relacionados con el estrés; el famoso nudo en la garganta hace referencia a cuando, no dices lo que sientes; y sentirte fatigado es causa de un estado emocional de tristeza o estrés.
El prestar mucha atención a estos indicadores de enfermedad y actuar de forma preventiva, es la clave para alcanzar el bienestar tanto físico, mental, emocional y social y llevar una mejor calidad de vida; para lograr ese equilibrio debemos tener en cuenta un buen manejo de nuestras emociones; relacionarnos con personas que aporten de manera positiva en nuestra vida y alejarnos de quienes nos causan daño, tanto en el espacio físico como en el ambiente laboral y social; el llevar una alimentación balanceada es importante dentro de nuestra vida; así como hacer ejercicios regularmente, sin olvidarnos de un descanso adecuado; y algo fundamental es el plantearnos y mantener metas claras y actividades que den sentido a la vida.
Lo más saludable es pedir ayuda, busca apoyo de un profesional, tanto para tu salud física
como mental, eso es una forma de cuidado y responsabilidad personal; recuerda, no está en añadir más hábitos, sino dejar aquellos que nos perjudican. Nuestro cuerpo no se equivoca cuando algo no está bien, lo manifiesta. Dar atención oportuna es una manera de prevención y de amor y es el primer paso hacia tu bienestar integral.
“El cuerpo nunca olvida: cuando el alma duele, el cuerpo habla.” (O)