La sociedad en Ecuador y tú pretendiendo aislarte

Columnistas, Opinión

Están quemando la Cultura, la belleza de la diversidad, sí! lo están haciendo y en nuestros ojos; los nuevos ciudadados del mundo no serán más que números fáciles de intercambiar, fáciles de eliminar, fáciles de eliminar si desobedecen y también serán fáciles de pedirles que se autoeliminen si así lo deseamos como sociedades inteligentes y dominantes que somos. 

Miedo; caos; incertidumbre; soledad; altos índices de suicidios; permanentes índices de embarazos no deseados, en especial de adolescentes; violencia por todos lados; traiciones y desengaños; falta de principios en líderes de instituciones que deberían brillar por ser ejemplo; sinsabor de legalidad dominando a lo que se puede concebir como moral; gente sin sentimientos dominada por el qué dirán o talvez muchas de ellas llenas de ese sentimiento destructivo y desgarrador que genera cicatrices que lastiman el alma llamado odio, que nace de otro horrible sentimiento llamado envidia, sentimientos que si se unen terminarán creando sociedades miserables, sumidas en sus profundas desgracias permanentes que ellos mismo construyen con sus propias manos limitantes; dolor en la gran pacha mama, seres inconsecuentes con el trato castigador que le damos permanentemente y sin medir consecuencias futuras. 

Pero pero tranquilos, miremos al otro lado de la moneda y veamos en cambio una sociedad distinta, de gente solidaria, trabajadora, dedicada a sus propios procesos creativos con los que puede impulsarse individualmente e impulsar a su familia pensando en colectivo; una sociedad llena de gente que creyendo en sus propios talentos, sí en sus propios talentos, logran creer tanto en si mismas que no necesitan competir contra sus propios conciudadanos ni copiar los proyectos que manejan entre ellos, sino que al revés se dedican a impulsarse siempre mutuamente y en colectivo; sociedades de mentes brillantes que siempre quieren pensar en el bien común y no únicamente individual; sociedades de gente que cree que en sus propias manos está construir su propio destino y su desarrollo integral en unidad con el Planeta Tierra y todo lo que co-existe con ellas; sociedades justas y equitativas; sociedades felices.

¿Y la nuestra? ¿En qué lugar ubicamos a nuestra sociedad? Cuando somos capaces de regresar a ver al otro para criticarlo, será  porque nosotros mismos estamos en paz con nuestra propia evolución humana, se supone que así es; y, ¿es entonces cuando podemos pensar un poco más en los demás? Sea como sea, o pensemos como pensemos, es importante analizar el estado de nuestras sociedades con las que co-creamos nuestras realidades; talvez así seguramente podremos, como el espejo que solemos ser, pensar en construir nuestros mejores destinos en lugar de impulsar lo peor, que al fin y al cabo nos perjudica o beneficia siempre a todos.

Como lo dice Tahereh Mafí, en su libro “Destróza-me” “La vida es un lugar sombrío. A veces hay que aprender a ser el primero en disparar” Entendemos y está claro que esta cita muestra lo obscuro y gris que puede ser el mundo con su maldad y humanidad, pero es cuando se entiende también que la luz siempre enciende y encenderá la obscuridad, así que si decidimos que nuestras sociedades estén en el lado bueno o malo, seamos nosotros mismos quienes tenemos la suficiente conciencia cargada de un pedazo de sensatez espiritual para decidir en qué lado de esas sociedades queremos estar para poder querernos quedar. (O)

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