La otra cara de la deportación de presos

Esta es la historia de Martha, una joven ecuatoriana llena de ilusiones y con un gran potencial profesional. Sin embargo, el destino tenía planificado presentarle a Santiago, un hombre colombiano que poco a poco ganó su confianza y la enamoró. Martha y Santiago en un inicio, eran como toda pareja normal: se comunicaban bien, se apoyaban uno al otro, compartían intereses y se divertían en el tiempo libre.
Martha y Santiago, decidieron vivir juntos. Rentaron un departamento y con sus ahorros compraron varios muebles y electrodomésticos. Todo parecía estar en calma, a pesar de ello, Santiago empezó a expresar conductas manipuladoras y celaba de manera enfermiza a Martha. Inclusive, ella, por no enfadar a su esposo, dejó de visitar los fines de semana a su familia y cortó la comunicación con su círculo de amigas. Martha, muy sumisa, evitaba cualquier acción que perturbe a Santiago con el propósito de no disgustarlo. Estas discusiones, al pasar del tiempo, aumentaron de tono hasta que se convirtieron en maltrato físico y psicológico.
Era un martes, donde Santiago llegó al departamento e increpó una vez más a Martha. Santiago no podía controlar sus celos. Pero esta vez, perdió la cabeza y empezó a insultar y golpear de forma salvaje a su esposa. Los gritos y los estruendos fueron tales, que los vecinos llamaron al 911. Cuando los policías lograron ingresar a la vivienda, encontraron a Santiago propinando patadas a Martha en el piso. Los paramédicos entraron y auxiliaron a Martha, ella yacía en el suelo, en shock y con múltiples heridas y hematomas.
Los oficiales detuvieron a Santiago y mientras lo llevaban esposado, juró regresar y amenazó a su pareja. Prometió que, al estar libre, la buscaría y que terminará lo que ese martes empezó. Martha cuando se recuperó del ataque y apoyada por sus padres, presentó la denuncia, con el objetivo de salvaguardar su integridad y para que Santiago permanezca en la cárcel. Por desgracia, Santiago formaba parte del grupo de los presos colombianos que la semana pasada de julio de 2025 se deportaron y liberaron en el puente de Rumichaca, frontera con Colombia.
En estos últimos días, de algún modo Santiago ha logrado comunicarse con Martha, a quien por teléfono la ha amenazado de muerte. Ahora Martha, teme por su vida y vive en una pesadilla constante porque sabe que Santiago regresará e intentará asesinarla. La tragedia de Martha se repite en multitud de casos. Y de nuevo, las víctimas sufren acoso y represalias de sus victimarios, quienes ahora pasean libres y planifican su venganza.
(Los nombres en esta historia se modificaron; no obstante, el relato puede extrapolarse a otros tipos de retaliaciones que dependen de los distintos delitos cometidos por los presos deportados). (O)