La inversión extranjera

La inversión local, nacional y extranjera se encuentra en relación directamente proporcional a la seguridad empresarial, publica, ciudadana, laboral, tributaria, entre otras, si los regímenes no garantizan estas, los inversionistas simplemente no arriesgan su dinero y buscan otras alternativas de inversión con menos riesgo, para ello indicadores como el riesgo país, crecimiento de la economía, políticas públicas, gobernabilidad y equipos de gobierno, son fundamentales para crear confianza o desconfianza en los inversores externos. El caso ecuatoriano es sui generis, porque desde el año 2000 que asumimos el esquema monetario de dolarización, solo los periodos 2015 con 1.333,9 millones de USD y el máximo en 2018 con 1.391,3 millones de USD, han sido años atípicos en recibir valores algo atractivos de inversión extranjera directa IED, el resto solo cifras bajas, llegando a cantidades frioleras de apenas165,9 millones de USD en 2010 y el año anterior 233,1 millones de USD.
Estos datos alarmantes, dan cuenta que, en 25 años de economía, ningún mandatario ha podido generar un entorno nacional para que los inversionistas extranjeros prefieran traer sus recursos a Ecuador. Países con menos habitantes y peso en el contexto geopolítico de la región nos han superado, por ejemplo, Uruguay con apenas 3,8 millones de habitantes, capto una inversión extranjera directa en 2024 por 1.800 millones de USD, es decir el 670 % mas que Ecuador, a pesar de tener solo la una quinta parte de nuestra población, equivalente a la provincia del Guayas. Bolivia otro país sudamericano con poco crecimiento y menor población que nosotros con 11.3 millones de habitantes, recibió una IED en 2024 de 247 millones de USD, es decir todos los países de Sudamérica nos superan en captar IED.
Diversificar la producción nacional, aumentar el menú de exportaciones, utilizar más eficientemente los recursos escasos y procesos de industrialización a ultranza podrían direccionar a un importante incremento de la IED tan necesaria para fortalecer la producción, el empleo, el consumo, el ahorro y fortaleciendo la dolarización. Además de manera paralela en cascada desde el gobierno nacional, los regionales, provinciales, cantonales y parroquiales deben buscar una muy visible reducción de la inseguridad ciudadana, de la informalidad, del desempleo, mejores sistemas en dotación de salud pública, educación, emprendimiento, producción y exportación, con capitales locales, nacionales públicos, privados, pero sobre todo extranjeros. En definitiva, la economía nacional debe ser presentada atractiva para la inversión extranjera, caso contrario seguiremos a expensas del gasto público y la inversión privada nacional. Llego el momento de demostrar la calidad de los equipos técnicos y de las influencias para atraer Inversión Extranjera Directa, no hay de otra. (O)