La economía en 2025

Una de las preocupaciones además de la inseguridad ciudadana galopante, la grave crisis en el sistema de salud pública, la corrupción, también es la situación económica que, si bien inicia del lado gubernamental, pero al final se termina trasladando al sector privado. Después de un 2024 de recesión económica con una caída del Producto Interno Bruto PIB del 2% gracias a los prolongados cortes de energía eléctrica, estamos culminando el 2025 con una recuperación del 3,8%, según el principal del Banco Central del Ecuador, en virtud del efecto rebote.
Al cierra del 2025, se habla de un déficit fiscal (ingreso menos gasto publico) cercano a 5.000 millones USD, con un explosivo gasto publico que no se compadece con el pedido de las autoridades que hagamos el sacrificio que el año anterior nos cargó con 3 puntos porcentuales más al IVA, quitando de nuestros bolsillos 1800 millones de USD que bien se pudo poner en circulación a través del consumo de hogares, también se pidió comprensión y apoyo al eliminar el subsidio al diésel bajo el criterio que serian 1.200 millones de USD que se ahorraría el gobierno y serviría para redistribuir vía bonos y subsidios a sectores más necesitados.
Todo este entorno más un paro focalizado que se prolongó por 31 días en Imbabura y una consulta popular que le dijo no al régimen a todas las preguntas, pero sobre todo a generar una nueva constitución, sin embargo se ha podido visibilizar un importante incremento en las reservas internacionales hasta llegar a niveles de 9.685 millones USD, además de la caída del Riesgo País a valores cercanos a 500 puntos, como del incremento de las exportaciones que acumulan hasta octubre 23.967 millones USD y permitieron que la balanza comercial no petrolera sea de un superávit de 3.986 millones USD. Las relaciones comerciales, diplomáticas y de cooperación han sido un factor visible hasta el momento en noticias o fotos, aun no se nota esas ventajas en los negocios, en el día a día.
Los cambios en el gabinete presidencial también ha sido una tónica este año, dándose un entorno donde prima la confianza al elegido y no en la experiencia, hemos visto mucho reciclaje de ministros que mutan de carteras de estado y aun no se logra resultados positivos contundentes. Todo eso ha hecho que la imagen y credibilidad del presidente caiga a niveles del 45% y baje del segundo lugar en América Latina al sexto puesto actual. La Asamblea Nacional no ha ayudado en mucho porque el performance de los asambleístas oficialistas ha dejado mucho que desear al dar paso a proyecto de ley urgentes enviados por el ejecutivo, aprobando sin mayor debate ni aporte técnico, además de cero fiscalización a temas importantes del país. Así cerramos un 2025 lleno de incertidumbre y muchas incógnitas. (O)
