La Cultura y el Primero de Mayo

Columnistas, Opinión

La “Cultura” reúne un término polisémico que incluye varios significados. Están adheridas en ella todas las manifestaciones humanas en todo tipo de contexto: social, creativo, artístico, ancestral, industrial; pero también, es ese conjunto muchas veces cambiante de saberes, costumbres, tradiciones, modos de vida, libre elección, libertad de creación, estilos artísticos, etc. Este contexto, se vincula directamente con lo que podríamos concebir como “Identidad”, lo que vemos que en el Ecuador, muchas veces hace falta. La Identidad, es el sentimiento de pertenencia a un espacio, es la posibilidad de comprender que tenemos ciertos rasgos propios que diferencian a nuestra comunidad ecuatoriana de otra, es aceptar el compartir de costumbres y tradiciones, enriquecernos con nuestros saberes ancestrales y tratar de interiorizarlos, Identidad es aceptar de dónde vienes, tus raíces, tus ancestros, tu sangre; pero sobre todo, Identidad es defender a ese grupo humano ubicado en un territorio específico al que perteneces porque naciste allí, vayas donde vayas.

La Cultura y el Día del trabajo no tienen nada que ver, dirán por allí; pero yo les pregunto: ¿La Cultura tiene trabajadores vinculados con toda la infinidad de procesos que impulsa? ¿Éstos trabajadores de la Cultura, tienen derechos laborales? O, cada primero de mayo únicamente se considera el día del trabajador relacionado con ciertos espacios o ciertas profesiones que si “merecen” ser remuneradas desde el imaginario colectivo?

La MONDIACULT de 1982 fue una importante Conferencia que generó Acuerdos Internacionales muy relevantes en materia cultural, ayudando a comprender a los representantes de los países que no se puede dividir “las Culturas del mundo” en inferiores o superiores, ya que, cada una tiene su riqueza particular, su escencia propia que nace desde cada Identidad y merecen todas, absolutamente todas, el mismo respeto.

Se acordó que cada Identidad Cultural está marcada como una estrategia de defensa de las tradiciones, costumbres, modos de vida, valores, que fueron heredados de generación en generación y se mantienen vivos hasta nuestros días, recordando la importancia de la sabiduría ancestral de los pueblos originarios de cada espacio de la Tierra.

Dentro de esta Conferencia el informe “Repensar en las Políticas Culturales – Creatividad para el Desarrollo”, fue ratificado por 146 países y se ha convertido en fundamental estrategia de guía de acción de la UNESCO, en materia de fortalecer las capacidades de producción, creación y difusión de bienes, procesos, proyectos, actividades y servicios culturales. Cabe mencionar que la Organización de Naciones Unidas, respalda el derecho de cada Estado de crear, aplicar o efectivizar las políticas públicas necesarias que impulsen una Industria Cultural y Creativa que logre dinamizar la economía del país, generar fuentes de empleo y aplicar de manera permanente por todos los medios el Desarrollo Sostenible, dentro de todos los ejes fundamentales del Desarrollo, incluída “la Cultura”.

MONDIACULT, se desarrolló durante varios años, y en el 2022, esta Conferencia Internacional incidió positivamente, para que cada Estado comprenda la importancia de la Cultura y el Desarrollo Sostenible como ejes fundamentales para el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestras poblaciones en cada territorio. 

La Cultura, dentro de toda la diversidad de Artes y Expresiones Culturales existentes, puede fácilmente ser un eje de la economía de un país, como sucede por ejemplo con México, según Ernesto Piedras, el sector económico cultural de México, tiene el caracter dual, puede ser un motor de crecimiento y un motor desarrollo económico integral; esto significa que México, ubica a las Industrias Culturales y Creativas como uno de sus factores clave para incrementar su Producto Interno Bruto (PIB), a través de la activación de la economía, de la generación de empleo seguro y garantizado; y, de entrada de divisas del extranjero que fortalecen las finanzas del país. 

El análisis que se ha desarrollado varios años atrás por destacados intelectuales, sobre los datos que provienen de los estudios relacionados con la posibilidad de incrementar la economía de un territorio en base al impulso de procesos culturales en todas sus manfiestaciones diversas, nos hace creer que si hay esperanza aún para las y los Trabajores de la Cultura y que esperamos pronto, las Autoridades comprendan la imperiosa y urgente necesidad de generar política pública cultural que coadyuve al impulso a una Industria Cultural y Creativa que active la economía de millones de personas que pretenden vivir de las Artes y la Cultura en Ecuador. (O)

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