Hoy es Navidad

Columnistas, Opinión

Ayer fue noche buena y hoy es navidad, es un tiempo enmarcado en un sentimiento de paz, de ternura y de humildad, que se refleja en las humildes condiciones que, según los santos evangelios, nos enseñan cómo llegó al mundo en la ciudad de Belén, este Divino Niño. Es sin duda también un momento, no solo de paz, sino también de reflexión; respecto a la vorágine de la vida diaria y de los múltiples problemas que rodean nuestras vidas… para que, recogidos dentro del núcleo familiar, festejemos a lo más querido y valorado que cualquier familia tiene dentro ¡sus niños…! Pues son ellos quienes encarnan nuestro futuro, y por ellos realizamos, sin limitaciones, cualquier sacrificio, esfuerzo o planeación de nuestras vidas…

Jesús nació en una tierra ocupada, vigilada, empobrecida, pero llena de expectativa mesiánica. Jerusalén representaba el poder; Belén, la humildad. Herodes gobernaba desde su palacio, y Jesús llegó a este mundo en un pesebre. Ese contraste explica por qué su mensaje tuvo tanto impacto. Hoy, la esperanza es que más personas vuelvan a ver a Cristo, y compartan su mensaje de amor y esperanza; y dejen atrás el odio, la avaricia y la mezquindad. Si escuchamos a Jesús y seguimos sus pasos, probablemente, esa suma de pequeñas acciones logrará un mundo mejor. Porque no hay Navidad sin Jesús, porque su llegada a este mundo es la razón de esta conmemoración. La tradición cristiana acostumbra a contar con su respectiva cena en cada hogar, así como recrear un nacimiento conmemorativo a la llegada del Divino Niño, al igual que los villancicos y las ceremonias católicas respectivas. Pero detrás de todos estos actos tradicionales está la espiritualidad y el significado de recordar el legado del Hijo de Dios, marcado por la fe y esperanza, porque Jesús llegó a este mundo también en un momento convulso, marcada por fuertes tensiones religiosas, económicas y sociales, con la proliferación, en esa época, de una serie de sectas paganas similares a las que ahora vivimos que lejos están de los auténticos principios cristianos.

actualmente el país atraviesa una realidad social marcada por la violencia, donde el odio está predominando sobre el amor, situación que no debe normalizarse, pues el nacimiento de Jesús representa un acto profundo de amor hacia la humanidad. es importante que la familia se mantenga unida y evitar las divisiones dentro de este núcleo, los conflictos no resueltos y las relaciones de discordia afectan la convivencia, por lo que los gestos propios de la Navidad, como el abrazo, deben ser sinceros y reconciliadores. Aprovecho la oportunidad para enviar un saludo a todos mis familiares que viven en New York, a Coco Guerrero residente, a Michelle y Jair que están de vacaciones in the big Apple, en Brúcelas, Londres, en Madrid a Mónica y Paulina, y a todos mis fans de esta columna editorial,  desearles  que tengan una FELIZ NAVIDAD en unión de todos sus seres queridos. (O)

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