Guayaquil identidad y futuro

Columnistas, Opinión

La humanidad configura su cultura a partir de las condiciones objetivas reales, las primeras son sin duda las geográficas, en esta parte de nuestro planeta se desarrolló la línea ecuatorial y con ello la denominada Corriente Fría de Humbolt espacio marino ideal para las especies por sus aguas temperadas, además la cuenca del río Guayas.

Para el siglo VII las admirables culturas de Huancavilcas, Punáes, Manteños entro otras fueron desarrollando una visión de la vida y la realidad, nos han dejado muchos elementos que reflejan su capacidad intelectual y una cultura recolectora, de organización comunitaria, sin conocer ese factor que hoy divide a la humanidad como la usura o peor aún el militarismo, no fueron culturas expansionistas, impositivas.

Es innumerable y hasta mágico para nuestra mentalidad cristiano occidental el saber cuando nos adentramos en museos y libros sobre su organización, producción y formas de vida de las culturas al borde del pacífico ecuatorial. Los Incas se expandieron pero no llegaron a la cuenca del Guayas, fue hasta la llegada de los colonizadores mesclados entre españoles, portugueses, italianos, árabes, pues Castilla la actual España venia también siendo colonia árabe por casi 500 años para dominar América por solo 300.

Santiago de Guayaquil, una de las tres ciudades santiaguinas de la región junto a Santiago de Chile y Santiago de Cali, configura una nacionalidad, expresada en historia, en condiciones geográficas, fenotipo particular y elocuciones propias de su población. Protagonizó un papel fundamental en la colonia y la independencia, siendo el espacio y alimento de recursos bélicos y económicos para el ejercito republicano comandado por Antonio José de Sucre que llevó a la libertad en El Pichincha.

Hoy, protagonista de La República, Guayaquil es una ciudad moderna que espera un adelanto cualitativo que la pongan a la vanguardia de los retos de los tiempos vinculados al comercio mundial, la producción, el talento humano y tecnología, no lo hará sino antes de superar los escollos del presente, la pandemia, la violencia, la corrupción la ausencia de metas planificadas.

Guayaquil siempre será un camino de amistad en donde la diversidad cultural nos recuerda siempre que somos parte de un todo y la magia de la vida esta en saber vivir entre distintos siendo uno.

Saludo con ustedes mis queridos lectores a Santiago de Guayaquil por conmemorarse aquel 25 de julio de 1535, exaltamos su historia, industria, comercio, música, dialecto, su identidad nacional. (O)

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