Frutas, sabores y tradiciones de la Costa

Cada semana, el aroma dulce de las sandías maduras, el color intenso de las papayas recién cosechadas y el característico sabor del maduro verde llegan desde la Costa ecuatoriana hasta Ambato. Este intercambio cultural y alimentario tiene su punto de encuentro en un tramo muy particular de Ambato: la avenida Bolivariana, entre el redondel del Terremoto y el kilómetro 8.
Allí, al borde de la vía, se alinean varios camiones cargados con productos frescos provenientes de provincias costeras como Los Ríos, Manabí y Guayas. No hay toldos lujosos ni vitrinas llamativas. Son las frutas mismas las que se encargan de seducir al cliente: sandías gigantes y rayadas, papayas color naranja brillante, verdes plátanos aún con la savia en la cáscara, yucas firmes, y hasta racimos de guineo con su aroma característico.
Los comerciantes no solo traen productos: traen historias, formas de hablar, modos de negociar y una sonrisa que refleja el calor de la Costa. Su presencia fortalece un puente intercultural que conecta dos mundos geográficos y culturales a través de los alimentos.
Este comercio ambulante también representa una forma de economía popular y solidaria que, sin necesidad de intermediarios, beneficia directamente a productores y consumidores. “Aquí se compra lo más fresco, lo que viene directo de la mata”, dice doña Mariana, una ambateña que acude cada martes a buscar yuca para su sopa.
Además del sabor, los productos de la Costa enriquecen la mesa andina con texturas y recetas que ya forman parte del menú diario en muchas familias de la Sierra. El maduro verde se fríe como patacón, la papaya se sirve en el desayuno y la sandía es el postre fresco de los días calurosos. (I)