Flores que hablan con fe

Interculturalidad

En Ecuador, las fiestas de imágenes religiosas no solo se viven con procesiones y oraciones. Los arreglos florales se convierten en un lenguaje de fe, gratitud y comunidad. Cada ramo, corona o camino de pétalos que adorna a la Virgen, a Jesús del Gran Poder o al Patrono de un barrio es preparado con cuidado por manos que mezclan tradición, devoción y arte.

En Ambato, por ejemplo, las familias se organizan para recoger margaritas, lirios, rosas y azucenas para el adorno de imágenes. En el Austro, las comunidades utilizan flores del campo como retamas y flores de maíz, formando arcos que enmarcan la salida de la imagen por las calles empedradas. En Manabí, se suman flores de hibisco y hojas de palma, que aportan color y frescura a los altares improvisados.

Para muchos devotos, donar flores es una forma de cumplir promesas por la salud de un familiar, por un viaje que salió bien o simplemente como acto de agradecimiento. Las flores, en cada color y forma, se vuelven un mensaje silencioso de esperanza que decora cada paso de las procesiones, mientras niños y adultos colocan con cuidado pétalos sobre los caminos por donde pasará la imagen sagrada.

En estas fiestas, los arreglos florales no son solo adornos: son símbolos de la unión entre lo divino y lo humano, de la naturaleza con la espiritualidad, y del agradecimiento con la esperanza, explica Imelda Artes Moreno. (I) 

Deja una respuesta