Fin de año y el fantasma de los supletorios

Columnistas, Opinión

La ruta del aprendizaje es compleja, nuestro calendario académico dice que hay dos regímenes uno para la costa y otro para sierra y Amazonía según el Ministerio de Educación del Ecuador, mucho se ha dicho sobre poner en evidencia un método epistemológico que responda a la situación históricamente objetiva y por otro lado en relación a la diversidad cultural, método ausente que busque alcanzar objetivos horizontal y colectivamente trazado para colegios y unidades educativas.

Estudiantes de educación básica y bachillerato ven muy cerca el cierre del ciclo 2025 – 2026 y con ello también el resultado de asistencia, trabajo en clase, preparación de temas y materias en casa, en fin, una gestión creativa para el ciclo educativo.

Desde Rousseau en donde se planteaba el método educativo para el joven ha sido siempre de interés general encontrar el método adecuado para cada sociedad en los distintos tiempos del país, no es el mismo Ecuador de hace treinta años o peor aún de mediados del siglo anterior, el método de gestión educativo y mas aún el procedimiento epistemológico debe estar en constante cambio.

Debe buscarse el conocer, estimular y cultivar el talento del joven, que de respuesta a la pregunta ¿para qué? Desde allí ir canalizando su capacidad mental, física y sensible hacia los objetivos trazados.

En la sociedad actual en donde se superó la racionalidad vertical en donde la violencia acompañaba la docencia, en la actualidad la generación de jóvenes es mucho mas informada, el móvil y el internet permiten acceder a la mas variada bibliografía sin embargo uno de los problemas que evidenciamos desde el estudio sociológico es que a mayor información menos formación, mas presencia en redes sociales mas soledad en el espacio humano cercano y juventud con ansiedad.

Es muy importante dar cuenta que el resultado educativo de un adolescente es el trabajo y comunicación de padres, maestros, institución y claro el estudiante, si se acercan o se cae en los llamados exámenes supletorios, se debe aprovechar para corregir errores, revisar temas frágiles, mirar la oportunidad para conocer aquello que se nos ha hecho difícil, no pensar en lo peor y sobre todo no distraerse, saber utilizar el tiempo, sobre todo el mal llamado “tiempo libre” es el gran poder de la adolescencia.

Por nuestros jóvenes, que abracen la ciencia como el camino para dar ese salto cualitativo y hagan de la cultura rebelde el ámbito de estudiar cada día mas, mejorar sus marcas y alejar el fantasma de los supletorios. (O)

fapava17@gmail.com

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