ÉTICA Y POLÍTICA: ¿REALIDADES IRRECONCILIABLES?/ Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

En un ciclo de conferencias y talleres organizado la semana pasada en Quito por la Corporación Educativa Nueva Acrópolis con motivo del Día Mundial de la Filosofía, que fuera instituido por la UNESCO en el año 2005 como el tercer jueves de cada mes de noviembre; se tuvo la oportunidad de reflexionar sobre algunos temas de actualidad.
Uno de estos asuntos giró alrededor de ética y política, siendo interesante conocer que estos dos términos hoy contradictorios entre sí, en realidad en su concepción están íntimamente relacionados.
De hecho si nos atenemos al origen de estas palabras nos encontramos que ética proviene del griego “ethos” que significa “costumbres”. Es decir que en la antigua Grecia los principios y valores éticos eran los debían guiar las acciones de los individuos.
Resulta interesante saber que otra palabra relacionada como es “moral” tiene idéntico significado que la anterior pues su raíz “mores” en latín también es costumbres, de ahí que en la Roma antigua tan dada a lo práctico, se entendía que aquel que actuase moralmente era porque tenía clara la noción de los valores éticos.
De ahí que estas palabras sean dos expresiones de una misma realidad.
Por su parte para entender el término “política” hace falta remontarnos una vez más al antiguo mundo griego, donde nos encontramos con una cultura de enorme significación pero a diferencia del mundo romano o del actual, no era precisamente un imperio, ni siquiera un país sino una serie de Ciudades – Estado asentadas prácticamente a lo largo de todo el Mediterráneo en ambos márgenes que además iban desde la península Ibérica hasta la actual Europa Oriental.
Estas poblaciones en su mayoría amuralladas, compartían entre sí una sola cultura, es decir una misma cosmovisión del ser humano, de la naturaleza y del universo. Eran las llamadas “polis” y cada una poseía su propia legislación, organización social y modo de vida, haciendo de ellas verdaderos estados autónomos.
Las diferencias entre las leyes por ejemplo entre Atenas y Esparta, eran muy significativas en su forma pero eran más bien expresiones diversas de una sola realidad, identificándose claramente como griegas.
Al interior de estas polis, las personas realizaban sus tareas diarias cumpliendo las más diversas labores que iban desde labrar la tierra, educar a los jóvenes o legislar hasta aquellas actividades que los vinculaban con lo sagrado, con sus dioses.
El habitante de la polis, era llamado “político” y he aquí el origen de esta actividad y su término. Es decir que “política” era toda acción que realizare el político dentro de la polis y a diferencia de lo que hoy entendemos como tal, ésta incluía toda actividad destinada al bien común.
Pero ¿qué debe guiar la acción de todo político?, pues no otra cosa que los principios universales de la ética, de ahí que Confucio afirmaría que ética y política son sinónimos pues la primera es en lo individual, lo que la segunda en lo social.

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