Estaban las llaves y la casa terminó vacía 

Policiales, Seguridad

Un vecino regresó a su hogar y halló el desorden como única señal del delito. Herramientas, electrodomésticos y pertenencias desaparecieron sin que se forzara la entrada.

La noche del 7 de noviembre, el caserío Jesús del Gran Poder, en la parroquia Totoras, se estremeció por un hurto que se ejecutó con la precisión del sigilo. Eran las 20:25 horas cuando el ECU-911 alertó al patrullero del circuito Picaihua–Techo Propio sobre un posible robo a domicilio.

Cuando los uniformados llegaron al lugar, encontraron a un hombre de 42 años, aún incrédulo ante la escena. Contó que había salido de casa a las ocho de la mañana, y al volver, diez horas después, descubrió que su vivienda había sido invadida. En lugar del orden habitual, halló sus pertenencias esparcidas por el piso y sobre la cama: los cajones abiertos, la ropa revuelta, y el vacío donde antes había herramientas y objetos de valor.

Del hogar faltaban dos tanques de gas, una cortadora de aluminio, una tronzadora, tres taladros, un teléfono celular, un mini parlante, dos pares de zapatillas y varios perfumes. Pero lo más desconcertante fue que no había señales de violencia: la puerta estaba intacta y las llaves seguían en el mismo lugar donde siempre las dejaban.

El propietario mencionó que, por versiones de vecinos, un camión habría pasado por la zona cerca de las seis de la tarde. También comentó que una persona que había trabajado antes con la familia conocía el sitio donde se guardaban las llaves, lo que levanta sospechas sobre una posible participación.

Al lugar acudió personal de Flagrancia, que explicó el procedimiento a seguir ante las autoridades competentes. (I)

Deja una respuesta