El efecto traumático acumulativo

El cuello, además de sostener la cabeza, encierra y protege la médula espinal, importantes nervios y vasos sanguíneos. Es único por su flexibilidad y movilidad, participa prácticamente en todas las actividades de la vida diaria (aproximadamente 600 movimientos del cuello cada hora) y participa prácticamente en todas las actividades de la vida diaria tan frecuentes y corrientes como gesticular, reír, sentarse, levantarse, girarse, etc.
Además, la complejidad de sus 31músculos en la parte anterior y 26 en la parte posterior, tiene una enmarañada distribución de vasos sanguíneos, linfáticos, complejas ramificaciones nerviosas que van a todo el brazo hasta la mano, ligamentos, tendones, y más estructuras que le convierte en una zona muy vulnerable si no tenemos conciencia de su cuidado. Es única por su flexibilidad y movilidad, la flexión de la cabeza debe llegar al tórax, la rotación lateral es de 60°, y la inclinación lateral de 45°.
La mayoría de los dolores de cuello, hombros y parte alta de espalda no siempre son el resultado de un suceso traumático sino de la acumulación de estrés físico y/o emocional.
Es uno de los sistemas articulares más complicados del cuerpo humano, la extraordinaria complejidad y distribución de sus partes blandas (músculos, ligamentos, discos y nervios) hace que el dolor sea localizado en el cuello mismo o irradiado hacia los brazos, cabeza o espalda. Puede acompañarse de hormigueo, sensación de ardor desde el cuello hacia los hombros o más abajo, adormecimiento en los dedos de la mano, dolor en la nuca, insomnio, mareo, náuseas, etc.
Por hallarse poco protegido puede ser afectado por fracturas, luxaciones, movimientos bruscos, malas posiciones o posiciones viciosas por largos períodos de tiempo (realizar las tareas escolares en la cama, dormir con almohadas muy altas o muy bajas a lo acostumbrado), posiciones laborales forzadas (el 65% de trabajadores que utilizan teclado de computadora han experimentado síntomas del cuello y sólo el 5% recurre a un médico oportunamente) choferes, cirujanos, odontólogos, costureras, etc. Las alteraciones emocionales y las tensiones laborales provocan contractura muscular con dolor, limitación y dificultad para mover el cuello produciéndose una anormal corrección de la curvatura del cuello.
El paciente se desespera por la multiplicidad de molestias como: dolores de cuello, en ráfaga, intermitentes o permanentes, entumecimiento y sensaciones de compresión, de ardor, de calor del hombro, brazo, codo, hasta la mano; dolores tipo quemazón a nivel de la espalda alta, amortiguamientos, pérdida de fuerza y/o limitación de movimientos del brazo afectado, adormecimiento en los dedos de la mano, dolor en la nuca, mareo o náuseas, entre muchas otras molestias.
La Acupuntura y la Electroacupuntura por su acción restauradora analgésica y antinflamatoria es uno de los tratamientos rehabilitatorios más oportunos, inofensivos y efectivos que acompañará a la fisioterapia adecuada y la medicación convencional, si el caso lo amerita, para recuperar y restituir la tonicidad y movilidad al cuello afectado. (O)