El buen ciudadano nace del legado a nuestros hijos

Todo afloró en una reunión en el cual estuvimos aproximadamente dieciséis (16) ex compañeros de la universidad, recuerdos iban y venían, memorias de aquellos que ya no están presentes, tanto alumnos como docentes y que decir del personal administrativo de aquella época.
Compartimos gratos momentos, nos preparábamos para el almuerzo y por supuesto llevamos botellas desechables de agua, entre otras bebidas y algunos snacks; cuántas botellas de plástico vamos a utilizar en este momento comentó Milton, mientras que Jaime indicaba que hubiese sido mejor comprar un botellón y así cuidaríamos la naturaleza protegiendo el medio ambiente.
Ante la pregunta, sobre la producción de botellas plásticas en el planeta, realicé una investigación y lamento decir que tenemos en el mundo un consumo de aproximadamente un millón de botellas de plástico por minuto, si, usted leyó bien, cada sesenta segundos consumimos este millón, con un promedio en el año, de medio billón (2021), mientras que en Ecuador el consumo llega a 134 botellas por persona en el año.
De los efectos nocivos del consumo de este producto, que luego es arrojado a los océanos con los consecuentes efectos negativos, me llamó la atención la muerte de los animales del mar al quedar atrapados o por su ingesta, en vista de que los plásticos se descomponen en micro plásticos, los cuales ingresan a la cadena alimentaria que puede llegar a los humanos al alimentarnos con pescado y mariscos.
La reflexión de un solo excompañero nos lleva a la concientización en el uso de materiales plásticos y su reciclaje, además de la facilidad y control en el consumo de servicios básicos como el agua potable y la energía eléctrica en nuestros hogares.
De mis amigos lectores necesito escuchar que en nuestros sitios de trabajo utilizamos vasos de vidrio, botellones de al menos cuatro litros para satisfacer la necesidad de agua en nuestros hogares o que hacemos hervir el líquido vital para purificarla, que somos buenos ciudadanos al no arrojar basura a la calle, que desconectamos los celulares cuando ya están cargados, en fin que con nuestro aporte hacemos que el mundo sea mejor y que dejaremos a las próximas generaciones un legado extraordinario. (O)