Educación sin problemas

La educación mundial enfrenta problemas de acceso, calidad, financiación y políticas educativas. En Ecuador, los problemas más comunes son: Falta de acceso a la educación, Infraestructura deficiente, Preparación insuficiente de los docentes, Metodologías de enseñanza obsoletas, Discriminación y exclusión, Problemas de aprendizaje. Falta de motivación y desinterés parental, Problemas de disciplina y conducta social, Barreras actitudinales y sociales, Desigualdad y falta de equidad.
Los problemas no se resuelven solos; debemos enfocarnos en lo que es capaz de ofrecer el Estado para su solución y sobre la marcha, porque el proceso educativo no se puede detener para solucionarlos de golpe. La Constitución de la República, establece a la educación como “un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del Estado”. Derecho ineludible e inexcusable, son palabras contundentes porque, a como dé lugar, se debe cumplir, la gratuidad de la educación, incluso hasta el nivel superior. Determinando también que se aumente el PIB hasta llegar al 6% para financiar la educación; meta que no se logra alcanzar, por lo que no existen los recursos para sostener el sistema educativo.
Son varios gobiernos del Estado que no logran resolver los problemas educativos. Cada año se deben entregar los uniformes escolares, los libros de texto, el almuerzo escolar, arreglar la infraestructura escolar, dotar de servicios básicos, nombrar al personal administrativo, docente y de servicios, capacitación docente; por decir los prioritarios.
Los procesos educativos tienen un cronograma riguroso, que si no se entregan los libros de texto a tiempo; sino no se nombra el personal administrativo y docente; no se arreglan las aulas y espacios educativos y recreativos, no se dota del mobiliario adecuado y necesario, todo a su tiempo habrá un retraso en la programación institucional y curricular.
La actualización pedagógica, pilar fundamental en la eficiencia curricular, es un problema que acarrea largo tiempo. Está bien que se ejecuten programas de capacitación en plataformas virtuales, pero es mucho más efectivo que haya un intercambio de criterios, se escuchen opiniones, generen debates y se asuman conclusiones; lo que solo se pueden dar en capacitaciones presenciales y abiertas. La educación no debe abandonar el roce humano y social. La inteligencia artificial no suple un criterio ni asume una equivocación. Lo cierto, lo real, lo que educa y forma está en la relación humana. No hemos aprendido del desfase educativo que nos dejó la pandemia, el desarrollo del pensamiento, la relación social y parental dejaron huellas profundas que no hemos podido borrar, ni recuperarnos.
La cicatería del Estado es tremenda. Son los docentes, padres y estudiantes, que, al regreso de sus vacaciones, deben hacer tareas de limpieza y adecuación de espacios educativos, inclusive con sus aportes económicos, que nunca se autorizan, pero se cumplen. Qué bueno sería que al regresar de las vacaciones se encuentre un espacio educativo limpio, ordenado, atractivo. Hay problemas persistentes en educación, casi endémicos; son algo así como una deuda impagable que genera interés sobre interés. (O)