Diálogo cultural pertinencia

Uno de los paradigmas superados en la modernidad desgastada a fines de siglo fue la homogeneidad cultural, es decir la identidad única, el perfil subjetivo de la forma y fondo como debe ser la sociedad, la familia, el hombre, la mujer, esa idea superada se enmarcó en el racionalismo cultural, una vez presente la Posmodernidad, la sensibilidad cultural ocasionó la visibilidad de saberes, tradiciones, patrimonios e identidades que se tradujo a la legislación de derechos.
No siempre el movimiento dialéctico de la cultura se traduce en un lenguaje legislativo, político y social, generalmente los cambios de fase cultural no son empíricos y exigen una agudeza lectura del movimiento social en donde las identidades cambias o incluso culturas que desaparecen y otras nacen.
La institución formal y las normas siempre se consolidad luego de la realidad fáctica, en el Ecuador sucedió que los derechos y el diálogo de cultural fue usado desde la esfera de lo político no de lo antropológico y eso ha ocasionado distorsiones entre la diversidad cultural que implica este territorio diverso.
Si bien el mestizaje presenta una diversidad en sí misma es oportuno detenernos según la coyuntura actual en el país que el diálogo cultural es fundamental para el futuro como en el pasado han sido pocas las posiciones que venimos anunciando desde hace décadas que las contradicciones sociales se darán por la cultura y no por las frágiles lecturas ideológicas que dominaron el cambio de siglo.
El diálogo cultural debe ser una política pública, para lo cual se requiere pensamiento y no burocracia, dejar atrás una terminología demagógica como el hecho de “ancestral”, puesto que este concepto implica una existencia de mil o mas años, sin embargo las identidades en Ecuador no son ancestrales sino “mitimaes” traídos y movidos por el incanato, en relación al territorio existe uno solo según la institución estado cuya soberanía es indivisible, en cuanto a lo político es necesario se sinceren los objetivos estratégicos y no esconder el proyecto de un estado dentro de otro a partir de las reivindicaciones coyunturales de resistirse al orden económico público.
¿Somos actores culturales?, ¿deseamos una sociedad diversa y en convivencia? Cambiemos actitudes.
Aún estamos a tiempo, de lo contrario el tiempo mediato será paralelismos normativos, territoriales, económicos, familiares, en muchos países en donde no se dieron la posibilidad de diseñar y transitar un diálogo cultural han entrado en guerras fratricidas, cuidado con los nacionalismos identitaria sin autocritica histórica. (O)
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