COEXISTENCIA DE LA ARTESANÍA CON LA SOCIEDAD DE CONSUMO

Existe controversia cuando hablamos de artesanías y su permanencia en la economía ecuatoriana. Esta problemática merece un estudio más profundo, sin embargo, el objetivo de este artículo es exponer de forma breve las diferentes corrientes del pensamiento, para que el lector con interés en esta temática, pueda reflexionar sobre el rol de los artesanos en el sector económico y saque sus propias conclusiones.
Es innegable que a través de las manos artesanas, los pueblos han heredado su identidad cultural. No obstante, en el trajinar de los años la esencia original de estos trabajos se ha perdido bajo la mirada de la comunidad que ha permitido cuáles se mantienen y cuáles no. Esta posición es discutible, ya que tiene un matiz ideológico que decide la conservación y fomento de las artesanías que en la mayoría de los casos solo valora la rentabilidad y el crecimiento de los ingresos, dejando en el olvido el arte popular y evidenciando la inexistente política de fomento artesanal y cultural.
Por otro lado, la sociedad del consumo y el libre mercado han obligado a los artesanos a modificar los procesos y los productos, con la finalidad de alinearse a las demandas del consumidor y ajustarse al sistema económico vigente. Es aquí donde entran en este escenario las recomendaciones de optimización de economistas e ingenieros y las políticas impulsadas por los tecnócratas desarrollistas. Los resultados son evidentes y se invita al ciudadano a evaluar las ventajas y desventajas, los pro y contras de dichas políticas en la cuarta revolución industrial en la cual vivimos.
En un análisis de la situación socio – económica de la artesanía ecuatoriana, Edgar Pita y Peter Meier señalaron: “la vida del arte popular no depende de la voluntad de un individuo, sino de condiciones, que debemos buscarlas en la realidad: como son las modas, los gustos de consumir (…), el precio de venta o el escaso consumo, la competencia desigual que se establece en el mercado entre productos artesanales y productos industriales, la concepción de belleza que se impone ahora (…)”.
Hasta aquí. Siguiendo el texto, hemos llegado a varias paradojas como las siguientes: la del progreso, la del crecimiento empresarial, de la mejora continua, de la tradición versus la adaptación. Todos estos antecedentes y motivos, nos invitan a meditar acerca del papel actual del artesano y no pretender valorarlo solo con técnicas administrativas, de ingeniería, de diseño, de marketing e innovación. Propongo al lector, analizar esta situación desde una conciencia crítica, considerando el comportamiento y la dinámica de los procesos de transformación social.
