Caótico tránsito

Columnistas, Opinión

Lluvia torrencial sobre Ambato, es lunes ambateño, de feria y negocios por doquier. Calles aceras, parques, esquinas, zaguanes, entrada de oficinas, de bancos, al lado de los almacenes, en las peatonales, por todo lado, los negocios afloran. La gente deambula por donde quiera, esquivando el tránsito de vendedores, mirando a uno y otro lado para cuidarse de los autos y de los amigos de lo ajeno. 

A lo largo de la avenida Cevallos, los autos, camiones, motos se parquean donde les da la gana. Pitos suenan a cada rato, conductores que se agreden verbalmente y con señas indecentes. Unas motos de los repartidores de comida van en sentido contrario; como el tráfico está intenso, se suben a la vereda, rebasan por donde quiera. ¿Agentes de tránsito? Ni para remedio. Al fin, aunque lejos, encontramos un estacionamiento privado. Al parecer hace falta una mayor visión de lo que significa el problema del tránsito en una ciudad que concentra sus actividades comerciales y educativas en un área muy pequeña y no existen las calles de desfogue vehicular. En el parque Sucre, los automotores que suben por la Urdaneta, giran a la izquierda, generando peligro y poniendo en evidencia su nulo respeto a las leyes de tránsito. Otro tanto sucede con la calle que sube de la mascota, en donde los conductores de manera temeraria, giran a la derecha para subir por la Quiz Quiz. Los divisores que impedían estas peligrosas maniobras están destruidos y deben ser reparados para evitar accidentes de tránsito.

Si los agentes de tránsito van a estar en las calles y ser familia miranda, eso no le interesa a la sociedad ambateña; porque mirar que, los conductores, pasan con el celular en la oreja, a conductores acelerar para pasar la luz preventiva, autos estacionados en lugares prohibidos y no llamar siquiera la atención verbal, es una falta al trabajo para el cual fueron formados. Solo utilizan las motos para advertir a los vehículos mal estacionados; en horas pico se ausentan o están lejos en esquinas ensimismados en su celular. Cuestionado profesionalismo, falta evidente de formación y espíritu de cuerpo.

Informan que, en este 2025, Ambato cuenta con 190 agentes civiles de tránsito, número insuficiente para controlar una ciudad con altísima cantidad de vehículos. Si pidieron la competencia del tránsito, es porque estaban seguros que tenían las estrategias para enfrentarlas. Definitivamente esto de la acción de los agentes de tránsito es un nudo crítico, porque comparados con la efectividad de los supervisores del simert, ellos hacen una buena tarea con los candados, sin advertencias…click y a pagar la multa calladitos. 

Salir y cumplir con una gestión institucional en nuestra ciudad, se torna en una aventura; al llegar nos abordan varias personas, como comités de bienvenida, nos ofrecen sus servicios para llenar formularios, sacar copias, duplicados, asesoramiento de todo tipo y como estas actividades generan ansiedad y hambre, también promocionan lugares de expendio de alimentos. La competencia es atroz entre ellos, tensa, pero no agresiva. El Ambato ordenado desapareció. (O)

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