El costo de ser madre

Columnistas, Opinión

La caída del número de nacimientos en el Ecuador no es un fenómeno aislado: responde al peso social y profesional que recae sobre las mujeres que deciden ser madres. En términos familiares, el país pasó de hogares con un promedio de cuatro hijos por familia en 1990 a un promedio de dos o menos en la actualidad. Esto refleja que cada vez menos familias y mujeres optan por tener hijos. 

El costo económico de la maternidad para la mujer es muy alto. Datos del Banco Central muestran que las madres con hijos menores de 6 años ganan en promedio 20 % menos que mujeres sin hijos, y las que tienen hijos entre 6 y 12 años ganan 7 % menos. Además, 1 de cada 4 mujeres no vuelve a trabajar luego de la maternidad. Esta problemática vinculada a la maternidad explica en buena medida por qué muchas mujeres optan por postergar o no tener hijos ya que el mercado laboral castiga la maternidad.

A esta situación se suma que las mujeres deben asumir en mayor medida los trabajos de cuidado en el hogar a la par de sus empleos. Según el INEC, de cada 100 horas dedicadas a las labores del hogar realizadas por los ecuatorianos, 88 las realizan las mujeres y 12 los hombres, lo que complica las posibilidades de las mujeres de educarse más, ascender en sus trabajos o desarrollar una vida personal plena.  

Lo anterior contribuye a que un número creciente de mujeres decida no tener hijos. Al mismo tiempo, las costumbres y tradiciones se transforman para dar paso a hogares distintos: familias monoparentales, parejas sin hijos o con uno o dos como máximo. Detrás de este cambio también está la decisión de muchas mujeres de priorizar su educación, su desarrollo profesional y nuevas formas de construir su proyecto de vida, lo que modifica la manera en que la sociedad entiende a la familia y al futuro.  

Frente a este escenario, proteger a las mujeres que eligen ser madres y apoyar a las familias debe ser una prioridad para el Estado. Fomentar la estabilidad laboral para las trabajadoras embarazadas, acceso a servicios de salud materna de calidad, facilidades de crédito y vivienda para familias jóvenes, puede ayudar a mejorar el duro panorama que enfrentan las mujeres ecuatorianas que deciden ser madres. Estas acciones no solo fortalecerán a las familias, sino que también aseguran un futuro económico más equilibrado para el país. (O)

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