Países Nórdicos: vivir bien, vivir verde

Son los países más conocidos por su calidad de vida. Hablamos de países con seguridad, desarrollo pero amigables con la naturaleza y felicidad. Por ello, son considerados por muchos como un ejemplo a seguir por su educación y prestaciones sociales.
Al llegar a los países nórdicos puedes evidenciar su cuidado con el medio ambiente y el uso de tecnologías limpias. Noruega tiene un sistema eléctrico que se alimenta en un 98% de fuentes renovables, la más evidente es la energía hidroeléctrica gracias a sus característicos fiordos. Asimismo, se puede apreciar la energía eólica, mientras vas admirando sus lagos y paisajes puedes ver los aerogeneradores. Es así, que es considerado el país más sostenible del planeta, sin embargo le siguen de cerca Suecia, Finlandia y Dinamarca.
Se debe destacar que posterior a la adopción en 2015 de los ODS, el Gobierno noruego implementó un plan de acción nacional con la finalidad de dar cumplimiento con cada uno de los ODS. Según el Comité de Asistencia de la OCDE, solo Noruega, Dinamarca, Luxemburgo, Suecia y Reino Unido han alcanzado la exigencia marcada por la ONU de destinar el 0,7 % del PIB anual a las Ayudas al Desarrollo.
Por su parte, Dinamarca se ha consolidado como un referente mundial en la transición hacia una economía verde. Desde 1996, el país ha logrado reducir sus emisiones de CO₂ en más del 50 %, un avance significativo que refleja décadas de políticas sostenibles y compromiso ambiental. Solo en 2019, casi la mitad de su electricidad provino de la energía eólica.
A pesar de tener altos impuestos, esta región fomenta el emprendimiento como pocas en el mundo. De ahí nacieron marcas globales como Spotify, Nokia, LEGO, H&M y Volvo, prueba de que un modelo responsable puede convivir con la innovación y la competitividad.
Su historia también ha forjado su carácter. Desde la era vikinga, con sus dragones tallados como símbolos de protección, hasta la resistencia de Finlandia frente a un enemigo históricamente más poderoso como Rusia, la región ha cultivado una identidad basada en la resiliencia, la estrategia y la cooperación.
Hoy en día, en Finlandia al conversar con la gente es interesante analizar su postura respecto a Rusia, lo consideran como un país maligno que intentó destruir su país años atrás durante las guerras. Sin embargo, Finlandia demostró que aunque con un ejército mucho menor en cantidad puede ser muy útil conocer el terreno y manejar una mejor estrategia.
En definitiva, la experiencia de los países nórdicos demuestra que cuando los Estados asumen un compromiso real con la sostenibilidad, no solo protegen el medio ambiente, sino que también impulsan el bienestar social y económico de sus ciudadanos.
Han demostrado que es posible vivir bien sin hipotecar el planeta, que la prosperidad no se mide solo en cifras, sino en la capacidad de garantizar un entorno sano para las generaciones que vienen.
Convertir la sostenibilidad en política de Estado no es una opción a futuro, sino una necesidad urgente y actual. (O)