El Rally y Ambato

¡ Vamos a ver el Rally que hoy corre mi novio! ¡Vamos al Rally, somos una ciudad tuerca! ¡ Hoy nos vamos de abasto en el Rally! ¡Estoy nervioso porque hoy corro en el Rally! ¡Estoy organizando un encuentro con todos los pilotos después del Rally! ¡Qué emoción por aqui va a pasar el Rally esta vez! ¡ Quiero ir al Rally porque nunca he ido y quiero ver cómo es! Mensajes comunes y de tradición en Ambato, ciudad vinculada permanentemente con carreras de carros legales e ilegales.
Décadas disfrutando de procesos que asocian la preparación profesional de corredores de autos, gente que con mucho entusiasmo detalla sus vehículos y los tiene tan seguros, lindos y casi perfectos para correr y ganar.
Ambato, una hermosa ciudad llena de gente buena, confiada, progresista y trabajadora; pero que esta vez, se viste de luto, porque las tragedias que nos ha dejado el Rally, marcan un antes y un después en estos procesos de carreras de autos en toda la ciudad.
Este miércoles 30 de julio, 2025, durante la tercera etapa del Rally Vuelta a la República, se generó un accidente terrible y doloroso que terminó con la pérdida de dos valiosas vidas, la primera fue de un empresario conocido de la ciudad y la otra era una jóven estudiante universitaria, bailarina muy querida de apenas 21 años; el accidente además provocó más de seis personas heridas.
Uno de los fallecidos dejó un hijo de 13 años que terriblemente también fue víctima del mismo accidente y que ahora sigue vivo pero sin sus dos piernas.
Otro de los heridos se somete a varias intervenciones y sigue luchando entre la vida y la muerte, sus familiares comunican desesperadamente que los “organizadores” nisiquiera se preocupan por esta situación y que ya vienen invirtiendo en tratar de salvar la vida de su hijo aproximadamente 30 mil dólares.
La Federación Ecuatoriana de Automovilismo y Kartismo “FEDAK”, dentro de todos los organizadores e inversionistas que son parte de estos procesos deportivos y que estamos seguros cada uno de ellos, viene de familias económicamente estables y activas de nuestras sociedades, tendrán la suficiente decencia, conciencia, humanidad y valentía de hacerse responsables no sólo moralmente, sinó sobre todo económicamente de estos hechos trágicos, que nadie los busca, pero que suceden y donde los más inocentes y sus familias terminan siendo terriblemente los más afectados.
Un plan de contingencia para 200 personas, en un evento que acarrea más de 5.000 es impresionantemente incomprensible, los ciudadanos no aceptamos este tipo de “errores involuntarios” ni por parte de los organizadores concientes, ni mucho menos por parte de las Autoridades de turno, es absolutamente intolerante.
Si comprendemos que este tipo de eventos reúne usualmente a miles de personas, lo menos que se espera es: señalización bien específica para que todos quienes quieran ir a espectar el Rally lo hagan conociendo a lo que van y con certeza de tener cuidado; ambulancias por lo menos cada ciertos tramos de distancia; paramédicos atentos por si algo falla; gente capacitada en estos delicados temas; pagar lo que se deba pagar para cumplir con los permisos adecuados y que todo se desarrolle de una manera aceptable y feliz.
Sin embargo, no pasó asi esta vez. No queremos imaginar el dolor que tienen el piloto y el copiloto del vehículo accidentado, triste su realidad; pero es muchísimo peor el dolor inmenso que deben sufrir ahora mismo las familias de los fallecidos y heridos que luchan por su vida en estos instantes.
¿Qué esperar? Más conciencia de cada organizador y que toda la adrenalina que genera este deporte no les haga perder su sensibilidad humana. Y, que las Autoridades de turno y los técnicos funcionarios públicos de las Instituciones que entregan los permisos para este tipo de eventos públicos sean más serios en diferenciar un evento o espectáculo micro (de 100 a 1000 personas), meso de 1000 hasta 5000 y macro de 6.000 a 10.000 en adelante. (O)