La importancia de la educación política ciudadana

Columnistas, Opinión

En los últimos días hemos sido testigos de la decadencia y podredumbre política que aún abunda en ciertas instituciones, como la Asamblea Nacional, revelándose que un presunto abusador sexual habría ocupado una curul desde la cual intentó pervertir las edades de consentimiento para mantener relaciones sexuales, adhiriéndose a un criterio nefasto de la Corte Constitucional.

De igual manera, se reveló la existencia de una red de familiares enquistados en la Función Legislativa, que involucra al mismo asambleísta acusado de abuso sexual y a otros que desconocen que la política se trata de servir, y no de encontrar una forma de acomodar familiares. En ese sentido, bien ha hecho el Legislativo en endurecer las normas aplicables en ese ámbito; no obstante, hay que pensar la solución desde un enfoque distinto.

¿Cómo llegó el asambleísta acusado de abuso sexual a ganar una curul? De la misma forma que llegaron varios asambleístas que creen que debatir es pedirle a ChatGPT que haga un discurso político y leer, sin entender ni razonar, lo que dice la inteligencia artificial frente a otros legisladores que, probablemente, replicarán la práctica (salvo honrosas excepciones, por supuesto). Llegaron a ese puesto con el voto popular. Resulta siempre curioso que es el ciudadano quien vota por las personas a las que luego denostará en redes sociales y por quienes se quejará de que la clase política es un fiasco.

Por esta razón, mientras más fomentemos la preparación política de los ciudadanos —desde los estudios básicos de lo social hasta la comprensión integral de los más complejos pasajes de las humanidades—, seremos capaces de elegir mejores asambleístas y mandatarios, lo que permitirá un progreso efectivo para el Ecuador. Esta preparación debe partir desde el sistema educativo formal y tiene que recorrer, también, los lugares más recónditos y alejados del país, para formar a aquellos que no tienen mayor acceso a escuelas o colegios.

Como ciudadanos, informémonos, leamos y preparémonos, para no tener que criticar lo mismo por lo que votamos y, más bien, exigirle mayor prolijidad a una clase política que podría —y debería— mejorar. (O)

alvaro.sanchez2000@hotmail.com

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