Afectaciones a sistema nervioso

Las drogas “legales” como el alcohol y las drogas ilegales (sustancias sujetas a fiscalización), causan daño a las personas que las consumen, especialmente al sistema nervioso central, manifestó Evelyn Espinoza, psicóloga clínica y maestrante en Metodologías en las Ciencias del Comportamiento y de la Salud.
El consumo del alcohol es un factor bio-psico social, es decir, se unen características psicológicas (ansiedad, depresión, estrés), y luego está lo social (familia, amigos) y no siempre en la familia existe el apoyo o el conocimiento por el que pasan las personas afectadas, que usualmente son adolescentes (a esto se suma el hecho de que para algunos adolescentes les cuesta comunicarse adecuadamente), de ahí la necesidad de ayudar a las personas sean adolescentes o jóvenes en aprender a resolver problemas, para prevenir el conflicto.
La profesional señala que es muy necesario trabajar en la prevención del consumo del alcohol en los adolescentes, como en los adultos, y en general a las mismas familias, con capacitaciones, y no solamente darle importancia al dinero (con emprendimientos, producción y más), sino también brindarle espacio a la salud mental y que las personas se mantengan tranquilas. Si bien las metas son importantes, hacer dinero, crecer en los negocios, pero también es importante el tener paz y tranquilidad, sostuvo la psicóloga.
Por su parte David G (49), es parte del Grupo de Alcohólicos Anónimos “Viviendo Sobrio”, y está más de 18 años en esta agrupación, y dijo es el secretario y un servidor para todos.
Recuerda que empezó en el mundo del alcoholismo por curiosidad y tuvo su primera embriaguez cuando tenía 12 años de edad. Desde entonces empezó bebiendo una vez al año, luego una vez cada seis meses, luego de manera mensual, hasta hacerse semanero, y esto ocurrió cuando tenía 16 años de edad. Así empezaron los problemas en su familia, en el colegio y con los amigos.
“Me hice enfermo alcohólico cuando empecé a beber todos los días. Llegué incluso a beber tres veces al día. Yo era militar y perdí mi trabajo por culpa del alcohol. Tenía 28 años. Preferí seguir bebiendo a estar en mi profesión. La persona que vivía conmigo me dejó y tuve una hija. Mis amistades se apartaron. Estuve a punto de ir a la calle, pero mi madre me sostuvo. Salí del Ecuador y me fue a España a trabajar, pero seguía bebiendo. Al final tomé la decisión de dejar de beber y busqué ayuda en España en el Grupo de Alcohólicos por 12 años”, acotó David.
“Me identifiqué con las personas en el Grupo, y se siente como estar en familia y hay confianza para hablar del alcoholismo, y eso me motivó a quedarme en el Grupo. Recuerdo que al principio llegué con el rostro lleno de pena y tristeza y observé a las personas que habían superado sus problemas y tenían buena relación con la familia y sonreían y, eso, me motivó”, acotó.
“En el Grupo me dieron una literatura que se llama Viviendo Sobrio y donde se brinda claves para afrontar la adicción. En esta metodología consta el Plan de 24 Horas Sobrio, sumado al compromiso de llegar todos los días a las reuniones con el Grupo, y todo esto, es parte del proceso de abstinencia del alcohol, para encaminarse a la rehabilitación”, acotó.
“Considero que lo importante es ser obediente, es decir, asistir a las reuniones del Grupo, porque todos los integrantes se apoyan mutuamente las 24 horas”, sostuvo David.
“Cuando llegué de España a Ecuador, también estuve en un Grupo de Alcohólicos; es decir, no dejé mi tratamiento. Llegué a consecuencia de la Pandemia, y decidí cuidar a mi madre. Soy comerciante. Recomiendo a las personas en alcoholismo estar en grupos y no alejarse del tratamiento, y ser constantes. Una vida mejor es posible”, señaló David. (I)