Muerte ronda La Manzana de Oro

Policiales, Seguridad

En La Manzana de Oro, ese tramo de la vía Ambato-Riobamba que parece tener sed de tragedias, la tarde de ayer volvió a teñirse de rojo. Un vehículo liviano Susuki Swiitt azul terminó convertido en un amasijo de hierros tras impactarse violentamente contra un bus estacionado, dejando a un hombre sin vida y a otro colgando de un hilo entre la vida y la muerte.

“Posiblemente exceso de velocidad”, dice con voz cansada el agente Darío Masaquiza, de la Agencia Civil de Tránsito de Ambato, mientras observa los restos esparcidos en el asfalto aún húmedo. “Pierde pista, se estrella contra el bus y un bien privado”, resume, con la resignación de quien ya ha visto demasiadas muertes en esta carretera.

El fallecido, al parecer el conductor del vehículo pequeño, quedó atrapado, sin signos de vida, con el cuerpo destrozado por el golpe seco contra el bus. El acompañante, en estado crítico, fue llevado de urgencia al hospital, mientras los curiosos y moradores del sector comentaban, con el miedo y la tristeza dibujados en los ojos, que “ya es otro más” en esta vía que en los últimos días ha cobrado vidas sin piedad.

El bus, estacionado en la orilla de la carretera, se convirtió en la pared final del conductor, que salió de su carril sin que se sepa aún por qué. Quizá una distracción, quizá esa prisa que tantas veces es la antesala de la muerte.

Mientras el sol salía y tocaba los vidrios rotos regados en el asfalto, el silencio en La Manzana de Oro se sentía pesado. Los agentes cerraban el paso y el levantamiento del cadáver se hizo con respeto, pero también con la urgencia de quien sabe que mañana, en esa misma curva, podría repetirse la historia. (I)

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