Vertientes, fuente de vida y cultura

Las vertientes, también conocidas como manantiales, son nacimientos de agua que brotan naturalmente del subsuelo y han sido, desde tiempos ancestrales, elementos vitales para la vida humana, animal y vegetal. Sin embargo, su importancia trasciende lo ecológico: son también símbolos profundamente arraigados en diversas culturas originarias, representando la conexión espiritual con la Tierra y el equilibrio entre los seres vivos.
En contextos interculturales, las vertientes permiten el encuentro entre el conocimiento científico, que estudia sus propiedades hidrológicas, geológicas y ambientales, y el saber ancestral de comunidades indígenas y campesinas, quienes desde tiempos inmemoriales las han cuidado, protegido y venerado como entidades vivas.
Antiguamente las vertientes eran consideradas sagradas, lugares de ofrenda y ceremonias para pedir lluvias, cosechas y salud. La cosmovisión indígena reconoce en el agua una entidad espiritual, no solo un recurso natural. Este entendimiento contrasta y a la vez enriquece la mirada técnica que promueve su conservación desde la gestión sostenible.
El diálogo intercultural en torno a las vertientes es importante para su protección.
María Quispe, vecina de Alobamba de Tisaleo, utiliza una de las vertientes que desemboca al río Pachanlica para lavar la ropa.
“Las vertientes no son solo agua, son espíritu, son nuestros ancestros. Si las destruimos, nos destruimos también a nosotros”, expresó Felipa Guamán de la comunidad de El Porvenir. (I)