El silencio del terreno baldío

Policiales, Seguridad

El reloj marcaba las 12:45 horas de este lunes 16 de junio, cuando una patrulla recorría las calles del circuito Pishilata. Era un patrullaje rutinario, parte de la orden de servicio para vigilar sectores conflictivos. Pero lo que parecía una jornada más, dio un giro inesperado al llegar a la intersección de las calles Batista Alberti y Galo Vela.

En medio de un terreno baldío, abandonado y sin vigilancia, descansaba un Chevrolet Vitara verde con placas PPM-000. Las puertas y el capó abiertos eran una señal clara de lo que había ocurrido: el vehículo había sido desmantelado.

Faltaban el tacómetro, la batería, el radio, el sistema de carburación, el de depuración y el distribuidor. Las entrañas del carro habían sido saqueadas con precisión. No había rastro del responsable ni del conductor. Solo quedaban el silencio, los escombros y la evidencia de un robo bien calculado.

Tras consultar con los moradores —que no sabían nada—, los uniformados se comunicaron con el ECU-911. La confirmación llegó pronto: el auto había sido reportado como robado el domingo anterior.

La Policía actuó de inmediato. El vehículo fue trasladado en una grúa particular hasta los patios de retención vehicular de la PJ, en el sector de La Península. Desde allí se tomó contacto telefónico con el propietario. Contó que su Vitara había sido sustraída en plena mañana, en la calle José Peralta. (I)

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