Artesanos del calzado luchan por mantenerse

Los pequeños artesanos de calzado que han decidido seguir produciendo pese a todos los inconvenientes de competencia desleal, lo hacen en pequeñas cantidades desde sus domicilios y llegan a tratar de venderlos los lunes al interior del Centro Comercial de Calzado Juan Cajas, ubicados frente al terminal de Ingahuarco.
En este 2025 las ventas siguen en picada para los pequeños artesanos debido al comercio informal. Para elaborar el calzado, los pequeños artesanos deben adquirir materia prima e insumos a precios elevados y por eso no se puede mantener precios muy bajos en el producto final.
En los últimos tiempos, los consumidores toman en cuenta el precio y no necesariamente la calidad. Esto hace que el sector artesanal del calzado tenga muy difícil sostener a los pocos empleados y obreros que aún conservan, explicó María Consuelo Olivarez, vicepresidenta de la Asociación Jardín de Productores de Ambato.
Señaló también que su producto es el calzado de hombre para trabajo y además se les coloca la punta de acero, es decir, son muy bien elaborados, y solía entregar a nivel nacional en Loja, Cuenca, Guayaquil, Manabí, Portoviejo, y si bien en esos tiempos producía 500 pares semanales, la demanda era de 800 pares a la semana; pero en la actualidad apenas llega a casi 100 pares al mes a nivel nacional.
A esto se suma la inseguridad, y ello hace que los comerciantes eviten viajar a la Costa, y si llegan a abastecer los locales en la Costa, resulta que los comerciantes no pueden mantener abierto sus locales mucho tiempo, ya que corren el riesgo de la visita de los “vacunadores” y la misma delincuencia común. “La mayor producción de calzado de la Sierra era para la Costa, y actualmente está en cero”, acotó la artesana.
Lo que se necesita, dijo es que las autoridades no permitan las importaciones de calzado de otros países, o a su vez, que lleguen con aranceles elevados, para así proteger la producción nacional, y así los artesanos puedan tener opciones para mantenerse en el mercado; caso contrario, su se permite el ingreso de calzado y además se suma el contrabando, entonces la producción artesanal tiende a desaparecer, acotó la vicepresidenta de la Asociación Jardín de Productores de Ambato.
Por su parte, Narcisa Fiallos, artesana en la confección de zapatillas y calzado deportido, dijo que lleva más de 40 años en este oficio. Los lunes y viernes suele venderlos en el interior del Centro Comercial de Calzado Juan Cajas, desde las 05:00 de la madrugada hasta las 14:00 horas.
Explicó que en este pequeño negocio están vinculados sus hijas y el yerno, ya que su marido falleció. Señaló que el calzado deportivo para negocio está en siete dólares y para los clientes se comercializa a 10 dólares. Todas las zapatillas son sintéticas y son bien pegadas y hasta cocidas para asegurar la durabilidad del producto.
Recuerda con tristeza que hace varios años se vendía 12 docena de este producto, pero en la actualidad no se vende ni una docena, ya que existe mucha competencia de los informales y están por todas las calles.
En tanto que la clienta Liliana Uvillús, manifestó que suele llegar al Centro Comercial del Calzado Juan Cajas para adquirir el calzado para trabajo, ya que son destinados a los trabajadores de la empresa donde ella labora. Adicionalmente adquirió zapatos de taco bajo para su uso personal y considera que en este lugar existe buen calzado de todo tipo y ocasión y a precios accesibles, ya que se puede negociar. Ella le apuesta a la calidad y precio y, por eso, suele estar en este lugar.
Recomendó a la colectividad a visitar este lugar que se ubica frente al terminal terrestre de Ingahurco, ya que así se ayuda a la producción local y a las familias que dependen de estos pequeños negocios. (I)