Quisapincha, entre la fe y la historia
Quisapincha es el asentamiento más antiguo de Ambato. Indígenas quisapincheños fueron dueños de los terrenos donde actualmente se asienta la ciudad de Ambato.
La versión más aceptada respecto al significado de “Quisapincha” es que viene de dos vocablos quichuas “quinsa” Tres y “punlla” que significa día, esto es tres días, tiempo que duraba la caminata desde Quito hasta este lugar.
El 16 de septiembre de 1894 se efectuó la visita pastoral a la iglesia antigua de Quisapincha por parte del doctor Pedro Rafael González, arzobispo de Quito, que entre muchos mandatos se refiere: “Conclúyase el baustisterio y mándese a blanquear el interior de la Iglesia tan luego como los rendimientos de la fábrica lo permitan”.
El 18 de noviembre de 1921 fue la visita pastoral del doctor Manuel María Pólit Lasso, arzobispo de Quito, quien abría manifestado que “El estado de la iglesia y convento es lamentable, el nuevo cura se esforzará por remediarlo sin perjuicio de pensar en la construcción de un nuevo templo”.
Con el pasar del tiempo, la ordenanza anterior se empieza a hacer realidad , y el padre Carlos Aráuz Guerra es quien pone mano a la obra. Mandó a elaborar los planos que todavía se conservan, los mismos que fueron trazados por el padre Pedro H. Bruning C.M. (Quito, 31 de octubre de 1927).
Con el ánimo de hacer realidad los sueños, se conoce que el padre Aráuz comenzó los trabajos en 1928. Abrió los cimientos con los niños del catecismo y obtenía dinero realizando veladas. Luego siguieron las mingas con las personas adultas para el acarreo de piedras.
La minga durante el día y el rezo del Rosario por la noche fueron su programa, hasta que en 1929 se colocó la primera piedra.
El mayor adelanto en la construcción del templo se logró en 1930 gracias al aporte de personas e instituciones. En julio de 1938 al realizar la visita pastoral, el doctor Carlos María de la Torre, arzobispo de Quito, efectuó la siguiente observación: “Lleno de grande complacencia hemos bendecido buena parte de Iglesia de cal y piedra. Expresamos nuestros agradecimientos y aplausos”. La bendición del nuevo templo fue el 26 de abril de 1942 y la llevó a feliz término el padre Luis E. Madrid. (I)
