El trabajador sin trabajo

El trabajo, como actividad propiamente humana, cumple una función central en las posibilidades de producción. Pero también cumple, al igual que la familia, una función central en el ser humano puesto que se trata de una dimensión constitutiva de su subjetividad e interviene en la producción y regulación de su economía psíquica.
Es Freud quien va a destacar el importante papel que cumple el trabajo en la economía psíquica al señalar cómo incorpora sólidamente al sujeto a la realidad y a la comunidad humana. Sin embargo, siendo el trabajo la clave para comprender de qué manera un hombre se transforma en sujeto en su sentido más pleno, es, paradojalmente, la clave asimismo para comprender las formas actuales que adquieren la desigualdad social y la enfermedad mental.
Tanto la construcción de la identidad como también la construcción de significados sobre la existencia singular y social, están dadas por medio del trabajo. las condiciones crecientes de explotación, enajenación e incertidumbre, imprimen un quiebre en la subjetividad, por lo tanto: ¿Cómo se construye y se sostiene el “ser” en una sociedad de trabajadores sin trabajo? ¿Cómo se tramita subjetivamente la inestabilidad o la pérdida laboral? el derrumbe del proyecto existencial está indisolublemente ligado a la aparición de enfermedades mentales. Los problemas psicológicos tienden a aumentar entre quienes pertenecen a empresas y entre los desempleados.
El desempleo está asociado con las enfermedades médicas, han sido definidas a partir de diferentes niveles de abstracción, también los trastornos mentales son definidos mediante una gran variedad de conceptos: malestar, descontrol, limitación, incapacidad, etiología, patrón sindrómico. El resultado de estas rupturas o quiebres de la trayectoria laboral configura situaciones difíciles de aceptar y difíciles de tramitar psíquicamente por cada individuo, ya que ponen en crisis no solo su nivel de vida sino su identidad. (O)