Emboscada mortal

Columnistas, Opinión

Conversaba con el Comando Paracaidista Hermel Bone (SP) y manifestaba que por los años de 1995 prestó su contingente en la provincia de Orellana y en este diálogo me indicaba,  patrullar ese sector es muy complicado porque no se sabe qué es lo que puede pasar, si se regresaba a la base sano, herido o fallecido; y, con su corazón enlutado ardiendo de impotencia lleno de dolor por la emboscada asesina, vil y cobarde, mientras la patrulla con 11 soldados cumplía con su deber, proteger a la patria del crimen organizado, del narcotráfico. La minería ilegal es hoy uno de los negocios ilícitos más lucrativos del narcoterrorismo que devora la selva corrompe a las comunidades y amenaza la soberanía del Ecuador.

Hoy sabemos que la emboscada perpetrada lo ha realizado el grupo terrorista autodenominado Comando de la Frontera, el mismo que ha utilizado armamento moderno de gran alcance. En contra de nuestros soldados. Este hecho es una declaración de guerra para el país y las Fuerzas Armadas; los ecuatorianos exigimos mayor apoyo logístico tecnológico y político, para dar una respuesta contundente a la narco minería,  a los carteles de la droga, que están convirtiendo al país en un basurero de la delincuencia internacional. Que si podemos combatirlo, para eso con nuestros impuestos pagamos tres puntos más al IVA. Y se imponga un cambio urgente en las reglas del enfrentamiento: Las fuerzas de seguridad deben de tener autorización plena para utilizar todos sus recursos con el fin de neutralizar cualquier amenaza que ponga en riesgo sus vidas y la de los civiles inocentes.

El país reclama ¿Dónde están ahora los defensores de los derechos humanos?, … “Que van asomar”. La Ley les exigen a los soldados dar la vida, pero muchas veces se protege más al delincuente que al ciudadano honesto. Y mientras esto pasa los criminales y grupos armados ilegales avanzan amparados, a veces, con discursos políticos que confunden justicia con impunidad. Resulta igualmente alarmante la facilidad con la que estos grupos armados se asientan en territorios ajenos, que son supuestamente, áreas ancestrales, reservas ecológicas, y lo peor de todo es inaceptable la ausencia de denuncias por parte de los comuneros, dirigentes sociales frente a esta devastación ambiental que contamina ríos, lagunas y fuentes de agua.

Este vil y cobarde atentado en contra nuestros soldados que luchan por recuperar la paz ha conmovido a todos los ecuatorianos.  Hoy la Patria y sus Fuerzas Armadas están de luto por la pérdida de once valientes soldados caídos en el cumplimiento del deber, es una herida nacional, porque cada soldado que muere defendiendo al Ecuador, muere también por nosotros, por nuestros hijos, por nuestra libertad, han caído nuestros soldados en combate y el país no puede callar hasta que la memoria de nuestros soldados sea honrada con justicia. (O)

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