Presentación a Los Cacicazgos de Manabí

Columnistas, Opinión

Los archivos históricos, cualquiera sea la documentación que contenga, son la fuente principal desde la cual los historiadores empiezan a armar el rompecabezas de la historia, porque a través de estas fuentes documentales nos adentramos en el amplio y apasionante campo de la investigación, y eso es lo que hace Pedro Reino Garcés, el historiador y Cronista Vitalicio de Ambato que ha hecho de la investigación histórica documental la herramienta mayor de sus investigaciones porque le ha permitido develar pasajes oscuros y olvidados de su ciudad, provincia y país.

Pero en este desentrañamiento de historias guardadas en viejos infolios, la atención del historiador y cronista Reino no se ha centrado solamente en revisar y estudiar los documentos relativos a su entorno histórico geosocial, porque descubre otros documentos que hacen referencia a hechos importantes de otras provincias que lo llevan a compenetrarse de ellos, y los hace suyo, los analiza, los relaciona y establece referencias y relaciones, pero también los comparte, lo hace mediante publicaciones de cualquier especie, permite que otros historiadores, de esas provincias o nacionales, los conozcan y se ayuden en sus investigaciones.

Este es el caso de Manabí, una provincia que, desde los inicios del coloniaje español, sus ciudades sufrieron la pérdida de su documentación por afectación de su clima y por los continuos flagelos que se sucedieron en sus viviendas y edificios construidos con madera, caña guadua y hojas de cadi, factores que atentaron contra el conocimiento de su historia, acompañado a esto el descuido, la desidia, el quemeimportismo en el cuidado y preservación de documentos, lo que fue, y sigue siendo en algunos casos, práctica cotidiana.

De aquí lo valioso del trabajo que nos obsequia Pedro Reino, el legarnos estos documentos que aportan sustancialmente al encuentro de nuestras raíces indígenas y fortalecen nuestra identidad cultural.

Pedro nos entrega documentos relativos a los cacicazgos indígenas de la zona centro-sur del pueblo territorio de Cancebí, hoy provincia de Manabí; en estos documentos se preserva el entorno geográfico en que se desenvolvieron, su alto desarrollo social que se fue perdiendo gradualmente durante la colonia mientras se consolidaba el modelo de sometimiento y dominio ejercido contra ellos, pero también nos expresa de su unidad social e identitaria, de su rebeldía frente al despotismo, al igual que la existencia de gobiernos matriarcales, participación de la mujer o capullanas como las identifica, en la conducción de los pueblos.

Analizar estos documentos desde la óptica y visión del cronista, del historiador y  lingüista, nos permite suponer la importancia y calidad de este estudio documental, conocer de fuente directa cómo los caciques indígenas fueron altivos y orgullosos de su historia y de su cultura, hicieron prevalecer ante España sus derechos conculcados, oponiéndose al despojo violento de sus derechos sobre la propiedad comunitaria de la tierra; exigiendo ser sujetos que gocen del justo precio de sus bienes y de los productos de su trabajo y que estos no se supediten al criterio explotador de mestizos y criollos; protestando a viva voz y en cuerpo presente para que los impuestos o tributos indígenas no sean más allá de lo que sus economías sustenten.

El aporte que nos brinda Pedro Reino es digno de elogio, al rescatar del olvido y del polvo estos documentos, está enriqueciendo y dando luces a la historiografía manabita. (O)

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