Vender artículos robados es un delito
De forma permanente, la Policía Nacional junto con la Intendencia ejecuta controles en el centro y periferias de la localidad, enfocándose en el delito de receptación.
Diariamente se decomisan entre cinco y 10 teléfonos celulares que son retenidos por los uniformados, donde los propietarios de los locales inspeccionados no pueden justificar la tenencia de los equipos.
Ante esta situación, el intendente Alex Manzano, indicó que los controles son permanentes y que se llega a locales donde existe la venta de artículos digitales.
“En cada operativo se revisan los teléfonos y sus datos son ingresados al sistema policial. Aquí se sabe si han sido o no robados. No debemos ser cómplices de estos delitos y no seamos parte de esta cadena de distribución”, comentó.
En el artículo 202 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) se indica que “la persona que oculte, custodie, guarde, transporte, venda o transfiera la tenencia, en todo o en parte, de bienes muebles, cosas o semovientes conociendo que son producto de hurto, robo o abigeato o sin contar con los documentos o contratos que justifiquen su titularidad o tenencia, será sancionada con pena privativa de libertad de seis meses a dos años…”.
Antonio Parra, propietario de local comercial con la venta de celulares, indicó que en ciertas ocasiones sí llegan personas extranjeras a ofrecer los teléfonos, pero siempre lo piensa dos veces antes de comprar.
“Ellos venden más económico y obviamente que el precio llama la atención. Hubo una ocasión en que caí en la tentación, pero luego me decomisaron los policías y desde ese momento evito el problema”, explicó.
Entre los espacios de mayor control están los mercados Artesanal, América y Simón Bolívar, siendo estos el “blanco” para que los maleantes vendan dichos artículos a precios irrisorios.
Por reiteradas ocasiones, el personal de la Policía Nacional ha emitido mensajes a los vendedores de estos centros de acopio para que eviten problemas y no den paso a la compra de artículos robados, ya que esto es una cadena donde el ladrón busca a su víctima, la hace daño con el robo de sus pertenencias e incluso quitándole la vida o lastimando a su humanidad, para, posteriormente, encontrar un “comprador” de lo sustraído y vendiendo en valores mínimos. (I)