Termina el Mundial / Editorial
En pocos días más el mundo presenciará la final de la Copa de Fútbol que se lleva a cabo en Rusia y que coronará al nuevo campeón del balompié. Se trata del espectáculo más importante del planeta y el que más televidentes y curiosos congrega. Ningún otro deporte se le compara en popularidad y en práctica.
El fútbol genera valores en los más jóvenes, les aleja de vicios a temprana edad y con más fuerza en las Eliminatorias y en el propio Mundial les enseña civismo y amor por su país. Enseña a respetar a los demás y a quienes defienden también con pasión a otra camiseta.
Es importante por todo eso inculcar un deporte tan simple de jugar, pero al mismo tiempo tan emocionante y competitivo desde que los niños son pequeños. Una inversión así en ellos y en los jóvenes nunca será algo superfluo.
Se deben construir y potenciar las canchas existentes en nuestra ciudad para que se masifique su práctica. Asimismo, se debe apoyar desde la ciudadanía todo esfuerzo por dotar a un barrio o a una parroquia de canchas y lugares de esparcimiento deportivo. Ese es el mejor antídoto contra la delincuencia, las drogas y la desolación temprana. Apoyemos siempre al deporte. (O)
