Venta de chanchos entre lo positivo y negativo

Las perspectivas son poco alentadoras para Fernando Mayorga, comerciante de venta de chanchos, porque considera que el negocio no se recupera, debido a la baja en el precio del animal.

“Hoy no es rentable comprar chanchos, porque genera pérdidas de 100 y 200 dólares. El saco de balanceado está entre 28 y 30 dólares que dura máximo 14 días; es decir, la situación está complicada”, aseveró.
Según Mayorga el problema radica en que las grandes granjas entregan directamente a los ‘peladores’, quienes son los encargados de vender en los mercados.

A decir de Félix Catagña, director técnico comercial de Bioalimentar, el precio de un cerdo varía de acuerdo a la calidad.
“No es lo mismo un porcino de cinco meses que uno de cuatro años. En este último el costo bordea los 80 centavos la libra, dijo Catagña.

En el Ecuador existen dos formas de vender el animal: ‘al ojo’ o por peso que se realiza en las granjas, donde la libra se expende a 1,30 dólares, hoy. Catagña indicó que en las ferias el 80% de los compradores son intermediarios, quienes son los que fijan el valor del chancho.

En el país hay 37 mil reproductoras de cerdos. Cada ecuatoriano consume en el año alrededor de ocho kilógramos de carne porcina. Si esta cantidad se incrementa beneficiaría a este sector productivo, manifestó Catagña. Para Eliza López, representante de la sección carne de cerdo del Mercado Central, en los centros de expendio el precio es alto, porque para llegar a estos lugares pasa por ‘varias manos’.

En su caso adquiere en las granjas al peso. El precio bordea los dos dólares la libra. Es así que vende la libra al consumidor final en 2,30; 2,40 o 2,50 dólares. El valor depende del corte o de la parte que desee el cliente, señaló.

Comparte en que las ferias los chanchos no los expenden los dueños, sino intermediarios y reiteró López “el chancho no ha bajado de precio. Nosotros compramos de granjas, debido a la calidad de la carne”.

Javier Rodríguez, director Distrital de Agrocalidad, informó que el control en las ferias de venta de porcinos es intenso y permanente. Esto es de acuerdo a la ley. La labor se centra para evitar el aparecimiento de enfermedades en los animales como la peste porcina clásica que puede terminar con la vida de cientos de cerdos.

Frente a ello es necesario que todas las personas inmiscuidas vacunen a sus chanchos; no obstante, el trabajo no se limita a esta actividad, sino también al control de la movilización, este documento es obligatorio para comerciantes, productores y dueños de granja.

“La exigencias es que las ferias estén adecuadas y cumplan con las exigencias que señala la normativa”, insistió.
En lo que va del año Agrocalidad ha vacunado alrededor de ocho mil porcinos. Los técnicos visitan diversas zonas en Tungurahua para asegurar la dotación de la vacuna.

Con la finalidad de mantener la condición sanitaria-pecuaria existen disposiciones que deben ser cumplidas por los administradores o dueños de la ferias. En este caso y en alto porcentaje por los gobiernos autónomos descentralizados, puntualizó Rodríguez. (I)