3 I – Atlas

Columnistas, Opinión

Hay cuestiones que son demasiado obvias y que por obvias no deberían prestarse a discusión; cuestiones en las que por elemental sentido común y humanitario no debería caber ningún desacuerdo. Por ejemplo, digamos, no sé… la limpieza del hampa y las pandillas de las calles de El Salvador; seguramente solo alguno de los mismos delincuentes estará en desacuerdo con el ejemplar viraje de 180° que ha tenido ese país. O, la imposición a la fuerza del Islam como religión predominante en el mundo; salvo un fanático religioso, ¿quién más podría apoyar la obligatoriedad de adorar a un dios que no es el suyo so pena de muerte violenta? Concatenadamente con ello, el genocidio mundial -ya en plena ejecución- a todos los “infieles”, principalmente judíos, por parte de grupos terroristas islámicos; seguro solo un desquiciado estaría de acuerdo con esa “causa religiosa”. Y de la mano, los gobiernos de izquierda que abierta y desvergonzadamente actúan como brazos políticos del islamismo y el narcoterrorismo; y que, a excepción de grupos interesados, ignorantes o delincuentes, nadie en sus cabales los apoyaría electoralmente. 

En fin, todos ellos, y muchísimos más, son escenarios de una inocultable polaridad (el lado bueno vs. el lado malo de la historia) por lo que resulta ocioso y hasta ofensivo a la inteligencia debatir respecto a cuál es cuál. Sin embargo, la penosa realidad es que hay una abrumadora cantidad de gente alrededor del mundo que no solo lo debate, sino que está ciegamente obsesionada en apoyar, aplaudir y defender a esos precursores del mal. 

Ahora bien, si hay desacuerdos con estos temas en los que, insisto, debería ser imposible que haya pierde, imagínese usted con otros de los que no tenemos mayor certeza, como el del famoso cometa 3I/Atlas, por ejemplo, y que la misma comunidad científica está seriamente confundida. 

En lo único que estamos de acuerdo con respecto a este “objeto” es que su paso por estos lares ha generado tal expectativa que prácticamente no hay persona que no haya especulado sobre él: desde que es un inofensivo cuerpo celeste nacido en otro sistema solar y que solo está de paso por el nuestro, hasta que es una nave extraterrestre que carga energía del Sol y que cual estrella de Belén, 3I/Atlas anuncia la llegada de un cambio de conciencia y frecuencia vibracional de consecuencias deslumbrantemente apoteósicas para la humanidad. 

Si es esto último, ojalá lo fuera, 3I/Atlas vendría a dar un baño de humanidad y sentido común al planeta, vendría a despertar en cada uno de nosotros una pizca de amor por el prójimo, a elevar nuestra consciencia y con ello a desaparecer todas las aberraciones inicialmente citadas. 

Y es que si existe gente que aúpa las barbaridades antedichas, no es de locos, entonces, pedir también su apoyo para que por Navidad 3I/Atlas les cambie el chip a todos esos lunáticos incorregibles.  (O)

mariofernandobarona@gmail.com

Deja una respuesta