Ya es suficiente / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión

El pasado 7 de junio, la policía detuvo a 18 personas en los exteriores del hospital hospital Luis Vernaza, de Guayaquil. Al parecer, este escuadrón, montaba guardia y daba seguridad a un presunto delincuente. A l sol de hoy, todos están en libertad.  

Esta aprehensión, se originó, cuando los implicados, al parecer, custodiaban a José Rivas, sobreviviente de un atentado al estilo sicariato horas atrás. A decir del jefe de la Policía del circuito 9 de Octubre, se encontraron varias evidencias: vehículos, armas de fuego, municiones y dinero en efectivo. La mayoría de los presuntos bandidos tiene antecedentes por tráfico de drogas, robo, asociación ilícita y otros delitos. Mas, para el administrador de justicia que conoció el caso, no fue suficiente. Los sospechosos de tráfico y porte de armas de fuego, más tardaron en llegar a los juzgados, que en salir de ellos.

Rivas, fue acribillado en los alrededores de plaza Milán, en el cantón Daule, donde la policía recogió hasta 60 indicios balísticos. Sorprende saber que, el sobreviviente, aun llevando a cuestas 12 procesos legales en su contra por varias causas: asesinato, tráfico de armas, asociación ilícita y robo transitaba libremente en su vehículo blindado. Para los responsables de mantener tras las rejas a este tipo de ciudadanos, nada es suficiente.

La Policía manejó dos presunciones. En primer lugar, que los 18 detenidos brindaban seguridad al herido y, en segundo lugar, como en las narco-series, que se trataba de un grupo antagónico con la misión de liquidarlo. Tras el descarte de la segunda opción, la Fiscalía acusó a los implicados, pero un Juez de Garantías Penales, quién sabe por qué causa, decidió no acoger el pedido de prisión preventiva y resolvió solamente prohibirles la salida del país y tomarles lista semanalmente en las oficinas de la Fiscalía. Para este juez el esfuerzo de la policía y el pedido del fiscal tampoco fueron suficientes. A menos de 24 horas, el grupo se tomó fotos para el recuerdo y se marcharon levantando los brazos en señal de triunfo.

El Ecuador experimenta la peor ola de violencia que se recuerde. El “gobierno del encuentro” responde con insuficiencia. La policía hace lo que puede. En todas las ciudades, inclusive Ambato, las calles se tiñen de sangre. Para algunos jueces esta realidad no es suficiente y continúan actuando con indiferencia ante el crimen y la descomposición social. Ya es suficiente.

Deja una respuesta